Buenas!
Hoy traemos otra receta que en principio no iba a aparecer en el blog. Últimamente nos pasa demasiado, por aquello de que fotografiamos casi todo lo que comemos, que mucha gente al ver la foto nos pide la receta… y nos quedamos a cuadros! Y claro, hay que tirar de imaginación para conseguir mostrarles esta receta… nada que se le resista a un Tartufo! ;)
En esta ocasión se trata de unas Croquetas de gallina, huevo y bacón. Una maravillosa receta de aprovechamiento, de esas que nos hacen sentirnos particularmente orgullosos al ver que de tan poco se puede sacar tanto.
Croquetas de gallina, huevo y bacón |
La historia es la siguiente: hacemos un caldo con su gallina y su verdurita, por aquello de que la gallina aporta bastante más sabor que el pollo. Pero la carne de gallina tiende a quedar demasiado dura y hay que darle muchas horas de fuego si osas intentar meterla en vereda. Lo que hacemos en casa es cocerla hasta que obtenemos una buena cantidad de caldo con el que hacemos las sopas, cremas o guisos de esa semana. La carne de la gallina, que como hemos dicho queda demasiado dura para comerla así sin más, la troceamos y pasa a mejor vida convirtiéndose en el ingrediente principal de unas croquetas… Vamos, como se ha hecho en casa toda la vida!
Aun con todo, no teníamos intención de colgar esta receta pero resulta ser que hoy es #eldiadelacroqueta en Twitter. Y si normalmente solemos participar en todas estas iniciativas, con nuestras amadas croquetas no podía ser menos… Por que como nos gusta a los Tartufo una croqueta… y dos… y tres! Jejeje. Lástima que nos enteramos con poco tiempo de antelación de que se iba a celebrar este día, andamos un poco perdidos con la vuelta al cole (la del bebé Tartufo y la mía) y con toda la resaca navideña y la consabida cuesta de enero… Si no habríamos repetido esta receta… aunque sin duda lo haremos próximamente.
Feliz #diadelacroqueta y a celebrarlo como se merece: cocinando y comiendo croquetas.
Ahí van las nuestras!
Ingredientes:
Para la bechamel:
750 ml de leche
100 gr de mantequilla
80 gr de harina
30 gr de harina de maíz
Para el empanado:
2 huevos
1/4 kg de pan rallado
Para el sabor:
La gallina del caldo
100 gr de bacón
2 huevos
1 cebolla
Además necesitaremos:
Aceite de oliva
Sal
*Nota: estas cantidades están adaptadas para la cantidad de carne que extraemos de un cuarto trasero de gallina, que es la cantidad que ponemos en el caldo. Además de la gallina, el caldo también lleva dos puerros, dos cebollas, dos zanahorias y un puñado de sal.
Elaboración:
Previamente debemos tener el caldo, con la gallina cocida y escurrida, le quitamos la piel y la desechamos. Despegamos toda la carne del hueso y la troceamos, cuidando que no queden tropezones demasiado grandes. Mientras tanto vamos cociendo los huevos y, una vez estén listos, los pelamos y los troceamos también. Por último troceamos el bacón y la cebolla y reservamos.
Ahora vamos con la bechamel de las croquetas. Ponemos la leche en un cazo al fuego. En otro cazo ponemos la mantequilla a derretir a fuego medio, con cuidado de que no se queme. Tamizamos la harina y se la agregamos a la mantequilla cuando ésta ya se haya derretido. Batimos enérgicamente con unas varillas hasta que obtengamos una mezcla homogénea.
Agregamos un poco de la leche caliente a la mezcla y removemos hasta que no quede ningún grumo. Vamos incorporamos el resto de la leche poco a poco, sin dejar de remover, de esta manera conseguiremos que no queden grumos. Dejamos cocer a muy baja temperatura, removiendo bastante a menudo ya que se pega con facilidad, durante 15 minutos.
Mientras se cocina la bechamel, hacemos un pequeño sofrito con la cebolla y el bacón. Cuando esté pochado escurrimos bien el aceite con la ayuda de un colador. Retiramos la bechamel del fuego y la mezclamos con el sofrito, la gallina y los huevos. Removemos bien para que los tropezones estén bien repartidos y salpimentamos. Tapamos con papel film y dejamos reposar en la nevera, preferiblemente un día completo para que la masa se enfríe lo suficiente como para poder trabajarla con comodidad.
Al día siguiente damos forma a la masa como nos parezca, en esta ocasión nosotros le dimos forma de bola. Metemos las croquetas en huevo y dejamos que se empapen bien por todas partes. A continuación las pasamos por abundante pan rallado. Por último vamos colocando nuestras croquetas en una bandeja y las metemos en el congelador para que se endurezcan. Pasadas unas 3 ó 4 horas ya podemos pasar las croquetas a una fiambrera o bolsas de congelación para conservarlas convenientemente. Antes de freírlas hay que tener en cuenta que debemos descongelarlas, por lo que las sacaremos del congelador con al menos 3 horas de antelación.
Freímos en abundante aceite muy caliente hasta que estén doradas, procurando no echar muchas a la vez para que el aceite no se enfríe. Escurrimos bien y ya están listas para comer!
Feliz #diadelacroqueta!