Buenas!
Esta mañana en el super el señor Tartufo y yo hemos descubierto algo. Quizás para muchos será una tontería o puede que sea obvio… pero hasta esta misma mañana esta pareja de despistados no se habían percatado de que la sepia y el choco son la misma cosa. Y oye, no te acostarás sin saber algo más... a nosotros nos encanta aprender cosas nuevas, más aún si están relacionadas con la cocina y con la comida.
En aspecto se parecían pero claro, el señor Tartufo lo llamaba sepia y aquí en Canarias lo llamamos choco… pues serían cosas distintas. Y resulta ser que son la misma cosa. Por si acaso, y para no pecar de listillos, lo corroboramos buscando en Internet (fuente de eterna “sabiduría”). Gracias a esto, hemos descubierto que este cefalópodo tiene muchas denominaciones, que varían según la zona geográfica: choco, sepia, jibia, txoko, cachón, txautxa, etc.
La sepia (o choco) es un cefalópodo muy común en Canarias. De hecho no es extraño encontrarlo en la carta de muchos restaurantes de comida tradicional, tanto frito (rebozado) con mojo verde, como en salsa.
Nosotros esta vez nos hemos inclinado por hacerlos en salsa. Eso sí, lo hemos hecho a nuestra manera. Fritos están buenísimos pero de esta forma, añadiendo la verdurita y con mucha menos aceite, conseguimos un plato igual de bueno pero mucho más sano.
Ahí va la receta!
Sepia (chocos) en salsa |
Ingredientes:
2 tomates
2 cebollas
1/2 pimiento verde
5 dientes de ajo
2 rebanadas de pan
150 ml de vino blanco
100 ml de brandy
Una cucharada de cilantro picado
2 cayenas
2 hojas de laurel
1/2 cucharadita de pimienta negra molida
Aceite de oliva
Sal
Elaboración:
Ponemos una cazuela al fuego con un buen chorro de aceite de oliva. Pelamos y picamos la cebolla en brunoise y la ponemos a pochar en la cazuela. A continuación lavamos y cortamos el pimiento también en brunoise y lo añadimos también al sofrito. Agregamos la cayena y pochamos a fuego suave.
Pelamos los dientes de ajo y los picamos muy pequeñitos. Lavamos y cortamos el tomate en dados. Cuando la cebolla y el pimiento estén pochados, incorporamos el ajo al sofrito y cuando esté dorado, añadimos el tomate.
Mientras tanto freímos el pan en abundante aceite muy caliente y cuento esté dorado le escurrimos el aceite y lo reservamos.
Cortamos la sepia en tiras y cuando el tomate del refrito se haya cocinado y el sofrito tenga aspecto de salsa (la cebolla se habrá ido caramelizando hasta convertirse en una especie de mermelada), lo añadimos a la verdura. Añadimos también el pan que teníamos reservado y seguidamente agregamos el vino blanco y el brandy y removemos para que el pan se vaya deshaciendo. La función del pan será la de darle cuerpo a nuestro guiso.
Tapamos la cazuela y dejamos que se cocine todo a fuego suave durante aproximadamente 30 minutos. Debemos vigilarlos de vez en cuando y añadirle agua si se va quedando demasiado seco (aunque a nosotros no nos hizo falta ni gota).
Cuando la sepia esté lista y ya fuera del fuego, añadimos el cilantro picado muy finamente.
Listo para comer!