Buenas!
Esta semana me ha pasado una de las cosas más curiosas que me han ocurrido en la cocina. Pongámonos en situación: sábado noche, cena de picoteo para los tres Tartufos, me dispongo a freír unas salchichas (de las pequeñitas de cóctel) para Lucia, pongo la sartén al fuego, abro la lata, escurro el líquido y... Voila... ¡Lata vacía! Y para los que se les haya pasado por la cabeza la respuesta es no, no se me cayeron las salchichas por el sumidero... ¡No venían las salchichas en la lata! Me quede con cara de boba (verdaderamente poker face) mirando para la lata, para el fregadero y para Mikel que estaba a mi lado flipando tanto como yo.
A ver señor Tulip, ¿dónde están las salchichas de mi hija? ¿Se han quedado en Dinamarca? ¿Se las ha comido algún trabajador de su moderna fábrica de Liverpool? Mire que le tengo gran estima a su marca porque ha estado en casa desde siempre pero esto de las salchichas no se lo perdono.
Bueno, salchichas a parte... ¿Qué tiene esto que ver con la entrada de hoy? Pues lo mismo que tiene que ver un huevo con una castaña... Todo va sobre comida jajaja. Tenía que canalizar mi indignación y la frustración de que mi hija se quedara sin salchichas de alguna forma.
Menos mal que en casa siempre tenemos recursos y vamos sobrados de logística. Y para celebrar Halloween a nuestra manera, además de vestir a Lucia de calabaza con ojos, nos preparamos un helado de calabaza con un sabor tan sumamente intenso que nos sorprendió más que el tema de la salchichas (corrijo, imposible flipar más jajajaja).
El caso es que había comprado una calabaza entera (de las pequeñas que solo pesan un par de kilos) para hacer una crema. Pero en casa nunca se sabe en que formato va a acabar el alimento. Igualmente bienvenido sea el caroteno y las vitaminas, vengan en la temperatura que vengan ;)
En cuanto a la calabaza tenemos que aclarar que para obtener unos 200 gr de calabaza asada necesitamos más de un kilogramo de calabaza (sin pelar y con pepitas) porque al asarla pierde mucha agua (y la calabaza está compuesta principalmente por agua).
Vamos con la receta!
Ingredientes:
Una calabaza (o un trozo de calabaza) de aproximadamente 1,5 kg
1/2 litro de nata líquida (35% materia grasa o más)
5 yemas de huevo
125 ml de leche entera
150 gr de azúcar
Una rama de canela
Una pizca de sal
Un chorrito de ron miel
Elaboración:
Para empezar pelamos, retiramos las semillas y troceamos la calabaza. Disponemos en un recipiente los pedazos de calabaza y los introducimos en el horno que debemos haber precalentado a 190º C. El tiempo que va a tardar en estar tierna dependerá del horno pero los 45 minutos no se los quita nadie. Debemos dejar que se cocine hasta que esté lo suficientemente tierna como para poder aplastarla con un tenedor. Una vez la calabaza esté lista la dejamos enfriar hasta que podamos manipularla sin quemarnos. Trituramos la calabaza con un tenedor (si nos gusta encontrarnos algún que otro tropezón) o con la ayuda de un pasa-puré (o incluso con la batidora sin darle mucha caña) y reservamos.
En un cazo mezclamos la leche con la nata y el azúcar y añadimos la rama de canela y la sal. Una vez haya roto a hervir, apagamos el fuego y tapamos para que la canela aromatice la mezcla.
Por otro lado separamos las claras de las yemas. No me tiren las claras que valen para hacer un bizcocho (y si no saben como ya se lo explicaremos en otro momento). Batimos las yemas en un bol e incorporamos a este la mitad de la mezcla de leche y nata, sin dejar de remover y añadimos el resto (ésto evitará que las yemas se cuajen con el calor).
Ponemos toda la mezcla en el cazo de nuevo y cocinamos a fuego lento y sin dejar de remover hasta que quede algo espesa. Añadimos el ron (o la bebida espirituosa que nos parezca conveniente), colamos y guardamos en un recipiente hermético durante al menos 4 horas (cuando se haya templado un poco lo metemos en la nevera).
Transcurrido este tiempo, añadimos la mezcla al puré de calabaza que habíamos reservado y removemos hasta obtener una mezcla homogénea.
Ponemos el vaso en la heladora (recuerdenaccesorio helador de KitchenAid).
que debe haber estado durante al menos 24 horas en el congelador) y vamos vertiendo la mezcla despacio. Dejamos que la heladora haga su trabajo pero sin despistarnos porque en seguida coge cuerpo (al menos con el
Guardamos en un recipiente hermético (apto para el congelador) y no olvides dejarlo media hora en la nevera antes de comer para que tenga una textura más cremosa.
Que aproveche!
Esta semana me ha pasado una de las cosas más curiosas que me han ocurrido en la cocina. Pongámonos en situación: sábado noche, cena de picoteo para los tres Tartufos, me dispongo a freír unas salchichas (de las pequeñitas de cóctel) para Lucia, pongo la sartén al fuego, abro la lata, escurro el líquido y... Voila... ¡Lata vacía! Y para los que se les haya pasado por la cabeza la respuesta es no, no se me cayeron las salchichas por el sumidero... ¡No venían las salchichas en la lata! Me quede con cara de boba (verdaderamente poker face) mirando para la lata, para el fregadero y para Mikel que estaba a mi lado flipando tanto como yo.
A ver señor Tulip, ¿dónde están las salchichas de mi hija? ¿Se han quedado en Dinamarca? ¿Se las ha comido algún trabajador de su moderna fábrica de Liverpool? Mire que le tengo gran estima a su marca porque ha estado en casa desde siempre pero esto de las salchichas no se lo perdono.
Bueno, salchichas a parte... ¿Qué tiene esto que ver con la entrada de hoy? Pues lo mismo que tiene que ver un huevo con una castaña... Todo va sobre comida jajaja. Tenía que canalizar mi indignación y la frustración de que mi hija se quedara sin salchichas de alguna forma.
Menos mal que en casa siempre tenemos recursos y vamos sobrados de logística. Y para celebrar Halloween a nuestra manera, además de vestir a Lucia de calabaza con ojos, nos preparamos un helado de calabaza con un sabor tan sumamente intenso que nos sorprendió más que el tema de la salchichas (corrijo, imposible flipar más jajajaja).
El caso es que había comprado una calabaza entera (de las pequeñas que solo pesan un par de kilos) para hacer una crema. Pero en casa nunca se sabe en que formato va a acabar el alimento. Igualmente bienvenido sea el caroteno y las vitaminas, vengan en la temperatura que vengan ;)
En cuanto a la calabaza tenemos que aclarar que para obtener unos 200 gr de calabaza asada necesitamos más de un kilogramo de calabaza (sin pelar y con pepitas) porque al asarla pierde mucha agua (y la calabaza está compuesta principalmente por agua).
¡Y como le gustó el helado a la calabaza con ojos! |
Vamos con la receta!
Ingredientes:
Una calabaza (o un trozo de calabaza) de aproximadamente 1,5 kg
1/2 litro de nata líquida (35% materia grasa o más)
5 yemas de huevo
125 ml de leche entera
150 gr de azúcar
Una rama de canela
Una pizca de sal
Un chorrito de ron miel
Elaboración:
Para empezar pelamos, retiramos las semillas y troceamos la calabaza. Disponemos en un recipiente los pedazos de calabaza y los introducimos en el horno que debemos haber precalentado a 190º C. El tiempo que va a tardar en estar tierna dependerá del horno pero los 45 minutos no se los quita nadie. Debemos dejar que se cocine hasta que esté lo suficientemente tierna como para poder aplastarla con un tenedor. Una vez la calabaza esté lista la dejamos enfriar hasta que podamos manipularla sin quemarnos. Trituramos la calabaza con un tenedor (si nos gusta encontrarnos algún que otro tropezón) o con la ayuda de un pasa-puré (o incluso con la batidora sin darle mucha caña) y reservamos.
En un cazo mezclamos la leche con la nata y el azúcar y añadimos la rama de canela y la sal. Una vez haya roto a hervir, apagamos el fuego y tapamos para que la canela aromatice la mezcla.
Por otro lado separamos las claras de las yemas. No me tiren las claras que valen para hacer un bizcocho (y si no saben como ya se lo explicaremos en otro momento). Batimos las yemas en un bol e incorporamos a este la mitad de la mezcla de leche y nata, sin dejar de remover y añadimos el resto (ésto evitará que las yemas se cuajen con el calor).
Ponemos toda la mezcla en el cazo de nuevo y cocinamos a fuego lento y sin dejar de remover hasta que quede algo espesa. Añadimos el ron (o la bebida espirituosa que nos parezca conveniente), colamos y guardamos en un recipiente hermético durante al menos 4 horas (cuando se haya templado un poco lo metemos en la nevera).
Transcurrido este tiempo, añadimos la mezcla al puré de calabaza que habíamos reservado y removemos hasta obtener una mezcla homogénea.
Ponemos el vaso en la heladora (recuerdenaccesorio helador de KitchenAid).
Guardamos en un recipiente hermético (apto para el congelador) y no olvides dejarlo media hora en la nevera antes de comer para que tenga una textura más cremosa.
Que aproveche!