Buenas!
Estos días andamos bastante ajetreados con los preparativos para el curso de pan que, como ya saben, vamos a impartir el próximo 13 de julio en Acaramelada (Madrid). Y entre tanto preparativo, requisito imprescindible es seguir haciendo pan, probar nuevas y viejas recetas, amasados, ingredientes, etc.
El domingo pasado la peque y yo nos fuimos a pasar el domingo a casa de los abuelos. El Tartufo se quedó en casa, supuestamente descansando. Cuando llegamos a casa ya en la tarde vimos que Mikel había preparado unos deliciosos Bollos de chocolate y cardamomo para la merienda. Vaya sorpresa y vaya delicia, con un buen vaso de leche.
Cuando alguien me pregunta a que se dedica mi pareja y les digo que es cocinero, la siguiente pregunta suele ser “y quién cocina en tu casa?”. Pues podríamos decir que compartimos la tarea en lo que a la preparación de alimentos se refiere, pero hay cosas que nos diferencian. Yo soy más de cocina de batalla, de la comida del ama de casa de toda la vida, de mis potajes, mi sopa y mi ropa vieja, lo que uno aprende de su madre (y que tan bueno está por cierto).
Mikel es más de todo: de él he aprendido a hacer desde la crema de verduras más sencilla, hasta a confitar un pescado, pasando por el estofado de ternera más delicioso que uno se pueda imaginar. Sí tenemos esa suerte, tenemos un gran cocinero en casa, uno que no solo sabe cocinar maravillosamente sino que siente ferviente pasión por lo que hace. La enana y yo somos muy afortunadas.
Así ese domingo merendamos estos deliciosos Bollos de chocolate y cardamomo, como hoy comimos unas albóndigas con tomate que se cocinaban mientras teníamos un pan de molde en el horno.
Niños! A merendar! |
Ahí va la receta!
Ingredientes:
150 gr de harina de fuerza
150 gr de harina común
140 gr de agua
70 gr de chocolate negro (en trozos medianos)
20 gr de aceite de oliva virgen extra
7 gr de sal gruesa
7 gr de levadura fresca prensada
10 vainas de cardamomo
Elaboración:
Para empezar desgranamos el cardamomo y escachamos los granos en un mortero.
Ponemos todos los ingredientes secos (las harinas, la sal y el cardamomo) en un recipiente amplio y los mezclamos, y todos los húmedos (Masa madre, agua, levadura desmenuzada y aceite) en otro recipiente más pequeño y los mezclamos también. Agregamos los ingredientes líquidos a los secos y mezclamos hasta que todos los ingredientes estén integrados.
Untamos la mesa con un poco de aceite y amasamos durante aproximadamente 5 minutos, hasta obtener una masa correosa y suave.
Extendemos la masa sobre la mesa, formando un rectángulo y ponemos el chocolate troceado sobre ella. Apretamos con los puños para que se integre todo en la masa.
Doblamos la masa horizontalmente en tres, de la siguiente manera: primero el tercio izquierdo lo doblamos hacia el centro y luego cubrimos con el tercio derecho. Y hacemos la misma operación verticalmente, obteniendo así un cuadrado pequeño con el que formaremos una bola.
Ponemos la masa en un bol untado con aceite y la dejamos reposar tapada durante aproximadamente una hora y media (hasta que más o menos haya doblado su volumen inicial).
Dividimos la masa en porciones (7 en nuestro caso) y se hace una bola con cada uno de ellas. Ponemos los panecillos sobre la bandeja de horno cubierta con Silpat o papel vegetal, los espolvoreamos con algo de harina (muy poca) y los tapamos con el trapo de panadero. Dejamos reposar otra hora más o menos.
Precalentamos el horno a 210º centígrados con calor arriba y abajo. Introducimos los panecillos en el horno.
Cocinamos a 220º durante 15 o 20 minutos, hasta que estén dorados, los primeros 5 minutos podemos rociar un poco de agua con vaporizador un par de veces para así obtener una corteza mejor (opcional).
Retiramos del horno y dejamos reposar sobre una rejilla.
Listos para comer!