Buenas!
Hoy quiero hablaros acerca de alguien que conozco y a quien admiro.
En uno de mis tantos viajes a Donosti, mi padre me invitó a ir a una feria de vinos en la trasera de la Catedral del Buen Pastor. Yo ,como buen amante del comercio y del bebercio que soy, no me lo pensé dos veces y allí acudí.
Mi padre que es un relaciones publicas nato, para algo es vendedor, me presentó a un íntimo amigo suyo (o así al menos me lo pareció a mi), Patxi Salbide. Un tipo peculiar (no me entendáis mal). Un tío que desde el minuto uno que lo conoces te lo da todo sin esperar nada a cambio y te contagia su entusiasmo, pero sobretodo te embriaga con su energía… Hasta tal punto que casi me hace coger en exclusiva una conocida marca de vinos riojanos para vender en las islas, pero por motivos que no vienen a cuento no pudo ser…
Y diréis: ¿a qué demonios nos viene a contar esto ahora? Pues bien, la historia es que el otro día, andando yo en esto del Twitter (que a más de uno le resultara familiar), vi como Martín Berasategui colgaba una foto con otro señor y como enlace entre ambos un libro. La verdad es que no le di mayor importancia, son tantas las fotos con las que a uno le bombardean a la largo del día que ya la información resbala y no cala como debería. Pero del sábado para el domingo recibí un mail de Patxi, la misma foto que había visto en Twitter estaba como archivo adjunto… Entonces caí en la cuenta! Patxito (como le llama mi padre) había escrito un libro.
“Soy un lesionado medular... pero volveré a caminar.”
Un tío que se despide de mí diciéndome que si tengo salud lo tengo todo, se merece todo mi respeto. Hasta en los mails que te manda consigue transmitir ese entusiasmo, ese optimismo.
No os estoy recomendando el libro porque no lo he leído, pero se quién está detrás de él, y si consigue transmitir en el libro la mitad de lo que transmite en persona, ya es mucho.
Patxi, esto es solo una gota de agua en este basto mundo de la información, pero si con esto logro algo, por poco que sea, me doy por satisfecho. Mucha suerte en tu nueva aventura, que me consta que es sin ánimo de lucro.
Y dedicada para ti una receta sencilla pero deliciosa. Solo fresas, azúcar, vinagre y pimienta. Para darnos cuenta de qué cosas son realmente importantes y de que no debemos dar la relevancia que desgraciadamente hoy le damos a lo artificial y superfluo.
Ingredientes:
150 gr de azúcar moreno
Un chorrito de vinagre balsámico (aproximadamente 5 cucharadas)
Pimienta rosa molida (o negra en su defecto)
Elaboración:
Para empezar lavamos las fresas, les retiramos el pedúnculo y las troceamos (no demasiado pequeñas). Ponemos las fresas en un recipiente amplio junto con el azúcar, el vinagre y la pimienta.
Removemos con las manos procurando no romper las fresas, tapamos y conservamos en la nevera durante un día.
Al día siguiente sacamos las fresas de la nevera diez minutos antes de servir (para que no estén demasiado frías) y servimos solas acompañadas por un yogur (natural o griego), nata, sirope de chocolate o lo que nos apetezca.
Listas para comer!