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Channel: Las recetas de la familia Tartufo
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Consejos para hacer helado en casa

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Hoy les proponemos una serie de orientaciones y consejos a la hora de elaborar helados en casa. La verdad es que hemos descubierto un mundo nuevo y maravillo de sabor y color (parece que nos hemos fumado un porro pero no), en el que nuestros postres adquieren otro nivel.

En casa ahora utilizamos el accesorio helador de KitchenAidy antes teníamos una heladera eléctrica; con ambas se mete el vaso en el congelador para enfriarlo. Suponemos que los consejos valen igual para las de compresor e incluso para hacer el helado de forma manual.

Esperamos que les resulte útil e interesante.




TÉCNICAS

La forma más común y con mejores resultados de hacer helado en casa es usando como base una crema inglesa aromatizada con lo que nos apetezca.

Existen otras formas más sencillas de elaborar helado. Por ejemplo podemos meter todos los ingredientes en el vaso de la batidora, triturar y mantecar con la misma.

Dependiendo del tipo de helado que queramos y del sabor que le vayamos a dar nos decantaremos por una técnica u otra. Aunque también puede ser cuestión de gustos o de tiempo.




LA CREMA INGLESA

La crema inglesa es una crema base que nos puede servir para elaborar un helado de casi cualquier sabor que se nos ocurra (se utiliza también para otros postres). Se trata de una especie de crema pastelera pero con una textura mucho más suave y ligera.


Esta es la receta de crema inglesa que nosotros utilizamos para la elaboración de helados y que es ligeramente distinta de la que se usa para elaborar otro tipo de postres.

Ingredientes: 250 ml de leche (mejor si es entera), 250 ml de nata (mejor si es para montar), 150 gr de azúcar (o 100 gr de azúcar común y 2 cucharadas de azúcar invertido), 3 yemas de huevo (grandes), algún aromatizante (vainilla o canela en rama o ralladura de cítricos). 

Elaboración: ponemos un cazo al fuego con la leche y la nata y lo dejamos hasta que hierva. Retiramos el cazo del fuego,  le añadimos el aromatizante que hayamos escogido y dejamos que se infusione durante unos 20 minutos. En un recipiente ponemos las yemas con el azúcar, mezclamos con una varilla y les incorporamos la mezcla de leche y nata, sin dejar de remover para que el huevo no cuaje. Ponemos este recipiente al “baño maría” a fuego medio y seguimos removiendo sin parar para que no se pegue durante aproximadamente 5 minutos. Retiramos del fuego y dejamos que se enfríe para después guardarlo en la nevera en un recipiente hermético. Es interesante que dejemos reposar la crema de un día para otro para que se homogenicen. Al día siguiente colamos la crema y ya está lita para usar.

Esta receta es la crema básica para hacer helado. A esta base le añadiremos un ingrediente u otro según el sabor que queramos darle. Por ejemplo, si queremos hacer un helado de chocolate, añadiremos el cacao o el chocolate a la crema inglesa cuando la estemos elaborando.

LOS INGREDIENTES


Las proteínas
Los helados siempre deben llevar una proteína más o menos grasa que los ayude a mantecar. Puede ser nata, queso, yogur, leche… o incluso varios de estos ingredientes. Existen otros ingredientes como por ejemplo el plátano o el chocolate que contribuyen a que el helado obtenga la textura ideal.

El huevo es otro ingrediente que se encuentra presente en casi todas las recetas de helados, si bien no es imprescindible sí que aporta mucho sabor y una textura cremosa muy interesante. Sin embargo, de ser preciso, podemos prescindir de él.

El helado cremoso por excelencia suele llevar nata o leche y huevo (crema inglesa).

El azúcar
El azúcar es otro ingrediente que normalmente se encuentra en todos los helados. Si bien hoy en día es común elaborar todo tipo de postres prescindiendo de la sacarosa y optando por otros edulcorantes como pueden ser la fructosa, la estevia o el aspartamo.

A la hora de hacer un helado hay que tener cierto cuidado con el azúcar ya que ésta favorece la cristalización del agua al congelarse lo que aporta una textura poco agradable. Lo más recomendable es sustituir al menos un pequeño porcentaje de la cantidad de azúcar total de la receta por azúcar invertidoque tiene la propiedad de impedir que el agua cristalice (teniendo en cuenta que esta última tiene mayor poder endulzante (30% más)), a no ser que tengamos intención de consumir el helado el mismo día de su elaboración.

La fruta
Mal utilizada, la fruta puede convertirse en la peor amiga de los helados caseros. Una de las propiedades más apreciadas de la fruta es la gran cantidad de agua que la mayor parte de ellas contienen y es precisamente esa propiedad la que puede chafarnos nuestros helados. El agua se cristaliza al congelarse así que si nuestro helado contiene gran cantidad de agua su textura será desagradable. Esto no quiere decir que no podamos utilizar fruta para hacer nuestros helados, al contrario, los helados de fruta son de los más sabrosos y variados que existen, lo que ocurre es que debemos tener cuidado en que forma usarla.

La clave es utilizar frutas con poca cantidad de agua, retirar el agua de las frutas o valernos del recurso del azúcar invertidopara intentar paliar un poco la cristalización. De todas formas el helado de frutas va a estar delicioso, con el único inconveniente de tener esos pequeños cristalitos de agua. La fruta combinada con queso o yogur puede ser también una buena solución.

El mejor recurso es elaborar sorbetes en vez de helados que por definición son más líquidos y menos cremosos y untuosos que el helado ya que no contienen la proteína grasa de la que hablábamos con anterioridad.

Chocolate
El chocolate (y el cacao) es probablemente el sabor preferido de grandes y pequeños en lo que a helados y postres en general se refiere.

El helado de chocolate es muy fácil y rápido de mantecar (gracias a su contenido en materia grasa) y además ofrece una textura sensacional.

El chocolate puede utilizarse de diversas formas. Podemos elaborar una crema inglesa y añadirle cacao o chocolate fondant o ambos. También podemos mantecar un helado de cualquier sabor y añadirle después chocolate fundido (que se endurecería sobre la marcha y se rompería con lo que conseguiríamos pedazos irregulares) o ya troceado.

Otros ingredientes
Los frutos secos son otro de los ingredientes estrella a la hora de elaborar un helado. Podemos utilizarlos como base para hacer la crema o ponerlos troceados al final buscando aportar no solo sabor sino también textura. De igual manera pueden utilizarse galletas, merengues, golosinas, etc.

También podemos obtener sabores deliciosos valiéndonos de aromatizantes y saborizantes tales como la canela, la vainilla, el anís, la ralladura de cítricos, etc. y de las esencias o extractos de éstos.

Otro ingrediente que está bastante de moda son las infusiones (tales como el té o la hierbaluisa) de los que se obtienen helados con sabores muy especiales; o el café con el que se obtiene espectaculares helados y granizados. 

También se pueden utilizar otras especies como el clavo, el cardamomo, la pimienta, etc. Para aportar a nuestros helados sabores, aromas y contrastes diferentes.

Según el sabor de helado que hagamos también puede aportar un toque delicioso el uso de algunos licores u otro tipo de bebidas espirituosas (ron, amaretto, anís, etc.). Teniendo en cuenta que el alcohol no congela bien.



LA CONSERVACIÓN
El helado casero debemos conservarlo en un recipiente hermético y en el congelador aguanta perfectamente un par de semanas o tres (incluso más si no te lo comes antes). 

Lo ideal es sacarlo un rato antes del congelador y atemperarlo en la nevera hasta que vayamos a consumirlo (aproximadamente media hora). Retiramos la cantidad que vayamos a utilizar y volvemos a conservar el helado en el congelador.

Tenemos que tener claro que nuestro helado no cuenta entre sus ingredientes con estabilizantes ni conservantes por lo que se va a derretir muy rápido.



MAQUINARIA
Como hemos dicho, nosotros utilizamos el accesorio helador de KitchenAidpara mantecar el helado.

Existen multitud de máquinas en el mercado con un funcionamiento parecido al nuestro, es decir, provistas de un vaso que se almacena en el congelador y que lleva un doble fondo con un líquido que se congela. Al poner el aparato en funcionamiento el líquido hará que el helado se vaya enfriando y de ese modo adquiere la consistencia fría y cremosa del helado.


Existe otro tipo de máquinas (de compresor) que no precisan de que metamos el vaso en el congelador ya que tienen la capacidad de enfriar el helado por sí mismas.

También podemos elaborar el helado de forma manual guardandolo en un recipiente hermético y apto para el congelador. Lo metemos en el congelador y lo dejamos durante aproximadamente 30 minutos. Transcurrido ese tiempo, sacamos el helado y lo removemos para que lo que se haya congelado se vaya repartiendo por todo el recipiente y para que entre aire. Cerramos y volvemos a guardar en el congelador, y así sucesivamente hasta que tenga la textura de helado que buscamos.

Hasta aquí nuestros consejos y recomendaciones para hacer helados caseros y no morir en el intento. Esperamos que este tratado les haya sido útil y, como siempre, queda abierto a posibles sugerencias.


Ahora ya están preparados para elaborar alguna de nuestras recetas:



Helado de pistacho

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Buenas!

Hoy me ha pillado el toro y me encuentro escribiendo esta entrada mientras veo Pesadilla en la cocinadel gran Alberto Chicote. Y me ha dado por comenzar con mis reflexiones Tartufas…

Esta semana ando bastante liada con el fin de curso de la enana y el comienzo en el nuevo cole. Entre los preparativos para la orla, porque ahora uno no se orla solo cuando termina sus estudios universitarios… La peque tiene toda una ceremonia de orla por finalizar sus estudios de primer ciclo de educación infantil. Y yo, como madre ñoña que soy, estoy de lo más ilusionada y nerviosa que se puede. Con nuestras mejores galas preparadas y yo predispuesta a regocijarme en la llantina que me espera porque me da mucha penita irnos de la guardería. Y es que la verdad es que hemos tenido mucha suerte porque a Lucia le han tocado unas educadoras maravillosas, cariñosas y entregadas a los enanos. Y es que cualquier tiempo pasado nos parece mejor… ¿O no?

Pues no. En los momentos tan duros que estamos viviendo en lo económico y también en lo social, puede que muchos tengamos la tentación de pensar “con lo bien que vivíamos cuando...”. Por otro lado el futuro es incierto: poco trabajo y cada vez con peores condiciones, servicios sociales con un futuro bastante lúgubre… Y lo que para mí es lo peor, la sensación de hastío que parece que a todos nos invade, cada uno a su nivel.

Pues no, me reafirma. Con todo, siento que no ha habido mejor momento en mi vida que el momento presente… Con mi estrés y mis incipientes canas (pocas pero ahí están), con los agobios del día y las preocupaciones de madre, mujer y estudiante en paro… Soy feliz.

Pero como todos tengo mis momentos y para esos ratos de bajos tengo recursos como el que hoy les traemos… porque a nadie le amarga un dulce!

Por cierto que esta es la forma más sencilla de hacer en casa un Helado de pistacho con un sabor bastante logrado. La receta se la hemos tomado prestada (con alguna modificación) al amigo David Levobitz, cuyo blog te animamos a visitar (si es que no lo conoces) porque es estupendo.




Ingredientes:

1/2 l de nata
75 gr de azúcar
150 gr de crema de pistacho (un tarro)
Un limón











Elaboración:

En un cazo ponemos la nata y el azúcar a calentar a fuego medio. Cuando la mezcla rompa a hervir añadimos la pasta de pistacho y unas gotas de zumo de limón y dejamos que se cocine a fuego medio durante aproximadamente 5 minutos, batiendo con una varilla para que no se pegue y todos los ingredientes queden homogéneamente mezclados.

Ponemos a mantecar el helado en nuestra heladora, cuyo vaso debemos de haber guardado en el congelador al menos con un día de antelación. 


Recuerda que si lo necesitas puede echar un vistazo a nuestros Consejos para hacer helados caseros.

Ensalada caprese con pimiento asado

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Buenas!

La semana pasada estábamos viendo Pesadilla en la cocina, el programa transcurría en un Restaurante italiano, Vivaldi, entre cuyas "especialidades" se encontraba la ensalada caprese. Al Tartufo le apeteció hacer una, así que nos hicimos con los ingredientes y aquí les mostramos la receta y el resultado.

La ensalada caprese es originaria de la isla italiana de Capri (provincia de Nápoles). Célebre por recordar los colores de la bandera italiana, este plato sencillo se ha convertido con los años en una de las más conocidas ensaladas de la cocina mediterránea.

Su composición es muy sencilla tomate, mozzarella y albahaca fresca (mejor si es recién cogida de la planta como en nuestro caso), todo regado con un buen aceite de oliva virgen extra y poco más. Sano y delicioso, económico y sencillo… Qué más se puede pedir? 

Existen variedades que incluyen aceitunas negras, nosotros nos hemos decantado por completarla un poco añadiéndole un pimiento rojo asado.

La verdad es que cuando vas al mercado y comienzas a ver todo el colorido de las frutas, verduras y hortalizas, apetece aún más si cabe hacer y comer recetas de este tipo. Platos sencillos donde los protagonistas son el color, el aroma y el sabor; cargados de vitaminas y antioxidantes; frescos y sencillos.

Ahí va la receta!




Ingredientes:

2 tomates
Una bola de mozzarella
Un pimiento rojo
Albahaca fresca
Aceite de oliva virgen extra
Pimienta negra recién molida
Sal








Elaboración:

Para empezar ponemos el pimiento a asar. Hemos encontrado un método sencillo y con resultado sensacionales. Consiste en poner una rejilla sobre la vitro a fuego fuerte y colocar el pimiento sobre ella, limpio y seco (sin nada más). Hay que vigilarlo continuamente porque se hace enseguida e ir moviéndolo para que se cocine por todas partes. Cuando esté listo metemos el pimiento en una bolsa de plástico limpia, hacemos un nudo y dejamos que sude para poder después pelarlo con facilidad.


Lavamos y quitamos la rama a los tomates. Los troceamos en rodajas finas y lo disponemos sobre un plato. Troceamos la mozzarella y la colocamos sobre los tomates. Pelamos y cortamos el pimiento en tiras y las añadimos a nuestra ensalada. Por último incorporamos las hojas de albahaca enteras.

Regamos con un buen chorro de aceite de oliva virgen extra y salpimentamos al gusto.


Listo para comer!

Hogaza de pan tradicional con Masa Madre

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Buenas!

Hoy estamos contentos… aunque bastante ajetreados. Mañana por fin es la orla de la peque y aún hay que preparar las últimas cositas. Además el Tartufo ha cambiado el turno en el trabajo para no perderse la fiesta así que todo andará mañana un poco trastocado pero es para bien.

Y hablando del Tartufo, está contando los días, las horas y casi casi los minutos porque este sábado sale de vacaciones por fin… Y claro, el hombre está “bailando sobre una pata”.

A la peque y a mí todavía nos queda, porque nuestros respectivos “coles” cierran más tarde de lo normal. Así que nada, nos va a tocar seguir madrugando pacientemente aunque cada mañana más agotadas y de peor humor jajajaja. Para colmo le vamos a tener que ver la cara de felicidad al Tartufo porque se volverá a la cama con la misma… No importa, haremos nuestro su regocijo! Con eso de las vacaciones a Mikel le da por cocinar, más aún , así que la verdad es que lo estamos desando por muchos motivos.

El lunes pasado aquí fue festivo (San Juan) así que tuvimos fin de semana largo y al Tartufo le dio tiempo de hacer dos pedazo de panes: un pan de molde semi integral con pre-fermento (casi na, tierno como el solo) y una hogaza de pan tradicional con Masa madrey sin nada de levadura.

Los dos panes quedaron genial, a cual mejor, pero en esta ocasión nos hemos decidido a dejarles la receta de la hogaza porque al no llevar levadura requiere, aún más si cabe, de ganas, tiempo y paciencia… Justo lo que a uno le sobra cuando está de vacaciones.

Felices vacaciones señor Tartufo!

Pan sin prisas

Vamos con la receta!



Ingredientes:

200 gr de harina de fuerza
200 gr de harina integral
100 gr de harina de centeno
300 gr de agua
200 gr de Masa madre
10 gr de sal









Elaboración:

Para empezar ponemos todos los ingredientes secos en un recipiente amplio (todas las harinas y la sal) y los mezclamos. En otro recipiente ponemos el agua y la Masa madrey lo removemos. Añadimos los ingredientes líquidos a los secos y amasamos todo junto sobre la mesa de trabajo untada con unas gotas de aceite. Trabajaremos la masa hasta que quede suave y elástica. Si vemos que se nos resiste más de la cuenta podemos utilizar el método de breve amasado – reposo de Lepard.


Cuando nuestra masa esté lista la guardamos en el recipiente (limpio) y lo dejamos reposar tapado durante aproximadamente 3 horas, hasta que observemos que ha duplicado su volumen (podemos hacer un plegado aproximadamente cada hora para que el pan vaya desgasificando un poco).

Transcurrido este tiempo pasamos la masa a la mesa de trabajo untada con un poco de aceite y damos forma de bola al pan utilizando el método que se ve en la imagen. Volvemos a poner el pan en el recipiente limpio y dejamos reposar de nuevo tapado durante otro par de horas aproximadamente (esta vez no debemos tocar más la masa).


Precalentamos el horno a 250º C. Nosotros hemos hecho este pan en cocotte porque el resultado es genial ya que alcanza muy altas temperaturas y lo más similar que se puede conseguir en un horno convencional si uno no dispone de piedra de hornear. La metodología sería la misma que si horneamos sobre la bandeja de horno solo que en el caso de utilizar cocotte deberemos dejarla dentro del horno mientras éste se precalienta y pasar la hogaza a la cazuela en vez de a la bandeja.

Greñamos el pan y lo introducimos en la cocotte (o lo ponemos directamente sobre la bandeja del horno cubierta con harina o papel vegetal) y dejamos que el pan se cocine durante 15 minutos, creando vapor de agua con un pulverizador aproximadamente cada minuto durante los primeros cinco minutos. Bajamos la temperatura del horno a 200º C y dejamos que se hornee hasta que esté bastante dorado (aproximadamente 45 minutos más).

Retiramos del horno con mucho cuidado y dejamos reposar sobre una rejilla hasta que esté frío.



Listo para comer!




Ensalada de salmón y patata con salsa de rábano y yogur

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Buenas!

Aquí estamos viendo la previa del partido de la final de la Copa Confederaciones. Hombre, no es el mundial, ni el europeo, pero siempre hace ilusión ganar.

La verdad es que en casa somos bastante futboleros. El tartufo es txuri-urdin de la cabeza a los pies, de la Real Sociedad de San Sebastián, como debe ser. Y yo soy amarilla, una forofa de la Unión Deportiva Las Palmas, el equipo de mis amores.

Así que en casa no tenemos problemas para decidir que ver en la televisión, si hay fútbol en televisión siempre sintonizamos el fútbol y si el partido nos interesa y no lo dan por la tele, siempre nos queda el recurso de verlo en Internet.

Hoy hemos pasado todo el día cocinando, hemos hecho hasta cuatro platos distintos y también una hogaza de pan. Para nosotros eso no es trabajar, ni mucho menos, sino la mejor manera de disfrutar de un día tranquilo de domingo (siesta de por medio claro está). 

Pero ha llegado la noche y con ella nuestro merecido descanso. Y mientras esperamos a que comience el partido aprovecho para escribir un ratito y contarles nuestra receta de hoy.

Esta vez queremos enseñarles la receta de Ensalada de patata y salmón con salsa de rábano y yogur, una ensalada muy sencilla (aunque con ciertas modificicaciones) que vimos en el libro En casa de Jamie Oliver, uno de nuestros libros de cabecera. La verdad es que este libro es uno de nuestros favoritos porque está cargado naturaleza y de recetas sencillas y deliciosas.


Vamos con la receta!



Ingredientes:

4 patatas pequeñas
4 lonchas de salmón ahumado
4 rábanos
Un yogur natural
Un limón
Una cucharadita de eneldo
Aceite de oliva
Vinagre
Pimienta negra recién molida
Sal



 

Elaboración:

Lavamos las patatas y las guisamos enteras y con cáscara en un cazo con agua hasta cubrir con un puñadito de sal. Cuando las patatas estén tiernas, las escurrimos y las dejamos templar un poco antes de pelarlas. 

Mientras tanto lavamos los rábanos y los rallamos lo más fino que podamos sin pelar. Lavamos el limón y lo rallamos también. En un recipiente mezclamos el yogur con los rábanos rallados y el zumo de medio limón. Reservamos.


En otro recipiente ponemos el zumo de limón restante y un poco de la ralladura, un chorrito de vinagre y aceite de oliva. Salpimentamos y añadimos las patatas peladas y troceadas. Removemos bien para que las patatas queden bien impregnadas. Añadimos el eneldo y volvemos a remover.
 

Ya vamos con el emplatado. Para ello colocamos el salmón debajo y las patatas encima. Por último incorporamos unas cucharaditas de nuestra salsa de yogur y ya está listo para comer!



Fritos de coliflor

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Buenas!

Hace unos meses les mostramos dos recetas con coliflor que supusieron todo un descubrimiento para nosotros y es que la cuestión coliflor la teníamos un poco aparcada de nuestro recetario. Pero mi señora madre fue tan persistente que al final cedimos y probamos con una Crema de coliflor con fritada de ajosque resultó estar más que buena y que hemos repetido en varias ocasiones… Y además, como nos quedamos con ganas de más, nos animamos con un Arroz con bacalaoal que le dimos algo de vidilla añadiéndole algo de crema de coliflor a modo de salsa… Ya se sabe que bacalao y coliflor son un matrimonio perfecto y esa receta fue prueba de ello.

Así pues, una vez hemos descubierto y confirmado que la coliflor es un vegetal muy sano y en cuanto a sabor bastante comible, nos hemos lanzado a la piscina con unos Fritos de coliflor que hacía tiempo que quería probar. Al igual que en la receta de la crema seguimos los sabios consejos de mi madre, con estos fritos nos dejamos llevar por otro gran experto en la materia, el señor Jamie Oliver, del que tomamos prestado una especie de tempura muy especial para hacer estos fritos más suculentos si cabe.

El resultado ha sido realmente sensacional, mejor aún de lo que esperábamos… Ignorantes de nosotros siempre subestimando el poder embaucador de una buena coliflor. Recomendamos encarecidamente que los prueben recién hechos porque una vez se enfrían pierden bastante.

¡Cuidado que queman!

Ahí va la receta!



Ingredientes:

Una coliflor
200 gr de harina (y un poco más para espolvorear)
Una cucharadita de levadura en química en polvo
2 cayenas
1/2 cucharadita de pimienta negra en grano
1/2 cucharadita de comino en grano
1/2 cucharadita de curry
Una cucharadita de mostaza antigua
350 ml de agua fría
Aceite
Sal

*Nota: opcionalmente podemos acompañar con una hojas de albahaca y un chorrito de limón (recomendados).


Elaboración:

Para empezar elaboramos la masa para los fritos. Pare ello machamos la cayena, el comino y la pimienta en un mortero hasta que tengamos un polvo. En un recipiente amplio mezclamos la harina con las especias que hemos molido más el curry, la mostaza y la sal. Entonces añadimos algo más de la mitad del agua y removemos, si es necesario añadimos el resto del agua (necesitamos una consistencia como de nata muy espesa). Reservamos.


Ahora vamos con la coliflor. Retiramos las hojas y el tallo y los desechamos. Rompemos la coliflor en trozos no demasiado grandes y lavamos en profundidad, a continuación los dejamos secar sobre papel secante. Espolvoreamos los pedazos con un poco de harina y damos unos golpecitos para retirar el exceso.

En una freidora o cazo a fuego fuerte ponemos abundante de aceite para freír la coliflor con el aceite muy caliente. 

Vamos metiendo uno por uno los ramilletes de coliflor en la masa y de ahí los pasamos al cazo o freidora pero sin amontonarlos. Freímos hasta que estén dorados, escurrimos sobre papel secante y servimos inmediatamente cada tanda que nos va quedando lista.


Para acompañar hemos escogido unas hojas de albahaca fresca que hemos inmerso en la masa y frito de la misma forma que la coliflor y que están deliciosas.

Servimos la coliflor y las hojas de albahaca con una pizca de sal y un chorrito de limón. Listo para comer!


Pintxo de atún y anchoa

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Buenas!

Hace unos meses, buceando por el pasillo de conservas del supermercado de un conocido Centro Comercial, buscando una buena conserva de atún pero que no fuera de las que hay que pagar a plazos, encontramos una que nos llamó bastante la atención por varios motivos.
El primero fue su precio, bastante más económico que otras conservas similares (estamos hablando de aproximadamente la mitad).

Lo segundo que nos llamó la atención fue su aspecto que hacía presagiar que la relación calidad – precio iba a ser formidable.

Ya cuando nos acercamos más para inspeccionar el bote con detenimiento descubrimos con sorpresa que este atún embotado tan barato y con tan buena pinta es canario y además ecológico… ¡Perfecto!

Su sabor es muy suave y es ideal para tomar solo con una pizca de sal y un chorrito de aceite de oliva, o como se lo presentamos aquí, en modo de pintxo, con su cebolla y su pimiento y coronado con unos filetes de anchoa que lo complementa de maravilla, todo productos de primera calidad. Y como base un pan de sabor potente, como es nuestra hogaza de pan tradicional con Masa Madre.


Atún de Fer, es el nombre comercial de estos Lomos de Atún Ecológico en Aceite de Oliva Virgen Extra elaborados en la Isla de El Hierro, que por cierto es Reserva Mundial de la Biosfera. Viene presentado en botes de 230 gr (peso escurrido) pero desconocemos si tienen otros formatos. 



Por ahora solo lo hemos visto a la venta en dicho supermercado (no lo hemos dicho, pues fue en Hipercor) pero se puede adquirir fácilmente en tiendas de productos gourmet de las islas en Internet.

Una muestra de que para comer productos tradicionales y de calidad, no es necesario empeñar la sortija de la abuela. Y un consejo, productos tan buenos como estos cuanto menos se manipulen mejor… ¡Si están formidables tal y como están!

Vamos con el pintxo!


Ingredientes:

Un bote de lomos de atún en aceite de oliva virgen extra
Una lata de filetes de anchoa
Pimientos de piquillo
1/2 cebolla
3 rebanas de nuestra hogaza de pan con Masa Madre
Aceite de oliva virgen extra









Elaboración:

Para empezar pelamos y cortamos la cebolla en brunoise (lo más pequeñito posible). Cortamos el pimiento de la misma forma. Escurrimos el aceite de la lata de las anchoas y sacamos los lomos del bote de atún procurando dejarlos lo más enteros que nos sea posible.

Tostamos el pan y montamos el pintxo inmediatamente. Ponemos un pedazo de atún sobre el pan y añadimos cebolla y pimiento. Terminamos con un chorrito de aceite de oliva virgen extra en el momento de servir.


Listo para comer!


Magdalenas de gofio y almendras

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Buenas!

Hoy finaliza el curso que me ha tenido ocupada y entretenida estos últimos seis meses. 

Cuando me despidieron del trabajo tuve clara que, mientras salía otra cosa, no pensaba quedarme quieta en casa a “verlas venir” así que me decidí a ampliar mi formación y mi currículum y para ello a hacer algún curso de los que ofrece el INEM entre tanto iba haciendo las gestiones necesarias para este próximo curso comenzar a estudiar un Ciclo Formativo de Educación Infantil, porque la docencia es lo mío, lo que hasta ahora he estudiado y lo que más me gusta. 

Como decía hoy termina mi curso de Servicios de Restaurante y, aunque confieso que voy a echar de menos a algunos de mis compis, la verdad es que estoy deseando terminar ya porque el curso se nos ha hecho un poco largo y pesado… Aun así quedo contenta con la formación recibida y con la experiencia. Restan por delante las prácticas de empresa que aún no tenemos claro donde serán.

Y para hoy hemos preparado una mini – fiesta a modo de despedida, recordando a las fiestas del cole. Con sus paquetes de papas (o bolsas de patatas), sus refrescos y sus sándwiches… Sus a ver si quedamos un día de estos, ya hablamos por el whatsapp,… Y todas esas cosas que se dicen en las despedidas y que desgraciadamente, y no se sabe muy bien por qué, muchas veces no se cumplen.

Y hoy, como me tocaba hablar de mi misma y mis cosas, nos hemos decidido por poner una receta que elaboré yo misma hace algo más de un mes para el día de Canarias. Una magdalenas de gofio que quedaron muy buenas, muy diferentes a lo de siempre y además con ese toque de “canariedad” que a tanto me gusta.



Ahí va la receta!



Ingredientes:

185 gr de harina de trigo común
65 gr de gofio (harina de maíz tostado)
200 gr de azúcar
150 ml de leche
100 ml de aceite
3 huevos
20 gr de miel
Un sobre de levadura química
Una cucharadita colmada de canela en polvo
1/2 cucharadita de sal fina
Un puñado de almendras en cubitos (para decorar)





Elaboración:

Para empezar precalentamos el horno a 180º C, con calor arriba y abajo. Encamisamos los moldes que vayamos a usar, nosotros hemos utilizado unos moldes de silicona que solemos untar con un poco de aceite (por si acaso), o preparamos las cánulas si no vamos a usar moldes y los situamos sobre la bandeja del horno.
 
Tamizamos la harina, la levadura, el gofio, la sal y la canela, mezclamos y reservamos. Batimos las claras hasta que queden casi a punto de nieve y a continuación le añadimos las yemas y mezclamos con cuidado par que la mezcla de claras no pierda en exceso su consitencia. Añadimos el azúcar y mezclamos de nuevo. Incorporamos poco a poco las harinas a esta mezcla y vamos removiendo con movimientos envolventes hasta que todos los ingredientes queden totalmente integrados.


Vertemos la mezcla en los moldes o cánulas, llenando las tres cuartas partes de su capacidad. En este punto podemos introducir la bandeja en la nevera para que la masa reposa durante 30 minutos antes de hornearla (recomendable).


Horneamos  las magdalenas durante 35 minutos o hasta que estén bien doradas.

Listo para comer!

¿Quién se ha comido el pedazo que falta?


Ensalada de fresones, jamón y mozzarella

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Buenas!

Ya comienza a apretar el calor, ya estamos en pleno julio y ahora lo que toca es comer cosas sencillas, con poca cocción, frescas, sanas y que además nos aporten toda la energía que nuestro cuerpo necesita.

En estos días no siempre comemos todo lo bien que deberíamos. Sin ir más lejos, ayer nos fuimos a la playa y con las prisas acabamos tirando de bocadillos para comer (eso sí, el pan lo habíamos hecho nosotros). Y es que en las vacaciones uno sale más, come fuera de casa, hace calor y tomamos helados, refrescos, cerveza, etc. Así que es todavía más importante que las comidas que hagamos en casa las pensemos concienzudamente para procurar contrarrestar las carencias nutritivas que vayamos acumulando a lo largo del día… O de los días (parezco el anuncio de Activia).

Durante el verano el plato estrella son las ensaladas y estas las podemos encontrar de las formas más variopintas.  Ensaladas solo con hortalizas, de pasta, de arroz, de patata, con huevo, pescado, carne, queso o fruta. Hoy les traemos una receta que combina varias de estas propuestas, porque lleva fruta, queso, jamón y hortalizas… Es decir, completa a más no poder.

La receta no es originalmente nuestra. La hemos sacado, una vez más, del recetario de Jamie Oliver… Si es que cuanto más desgranamos este libro más perlas descubrimos. Eso sí, hemos modificado algunos ingredientes algo complicados de encontrar por aquí, por otros más sencillos pero igual de buenos.



Ahí va la receta!


Ingredientes:

Una lechuga (en nuestro caso “lollo verde”)
200 gr de fresones
4 lonchas de jamón serrano
Una bola de mozzarella
Unas hojas de albahaca fresca
Aceite de oliva
Vinagre balsámico
Sal
Pimienta negra recién molida






Elaboración:

Lavamos, retiramos el pedúnculo y troceamos las fresas en cuartos. Las ponemos en un recipiente con un chorrito de aceite y vinagre, salpimentamos, removemos y reservamos para que se vayan macerando.

Troceamos el queso en rodajas gruesas. Lavamos las hojas de albahaca y pegamos una hoja en cada rodaja de queso (como se ve en la foto). Ponemos una sartén o plancha al fuego con unas gotas de aceite y freímos el queso hasta que esté dorado por ambas caras, con mucho cuidado porque se pega fácilmente y también podría romperse la rodaja.


Lavamos y cortamos la lechuga y la mezclamos con las fresas que habíamos dejado macerando.


Ahora solo nos queda montar el plato poniendo el jamón debajo, sobre este la mezcla de lechuga y fresas y por último repartimos el queso. Regamos con el jugo (vinagreta) de las fresas y añadimos otro chorrito de aceite de oliva por encima.


Listo para comer!

De nuestro curso de pan en Madrid

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Buenas!

Como ya sabrán los que nos siguen con asiduidad, este fin de semana los Tartufo hemos estado en Madrid dando un curso de pan en Acaramelada.



Era nuestro "bautismo" como docentes y más aún en lo que al pan se refiere. Y ya se sabe que no somos panaderos profesionales pero sí que somos unos grandes "panarras" en toda la grandeza de la expresión, es decir, unos panaderos caseros de aupa, amantes de lo que se ha dado a llamar "pan de verdad".

Pues hoy queremos contarles que tal nos ha ido en nuestro curso. Por cierto, que otro día les hablaremos de lo bien que hemos comido en Madrid (pero ese ya es otro cantar).

Mi primera sensación (habla el Señor Tartufo en primera persona) fue la de nerviosismo extremo. Antes de y en los primeros momentos del curso. Me daba miedo no saber expresarme, no lograr transmitir lo que quería, que nos les pareciera interesante, que no me diera tiempo de elaborar las tres recetas previstas, que los "alumnos" no fueran receptivos... Y sobre todo... Quedarme mudo, que no me salieran las palabras y que en vez de que lo que quisiera decir, me salieran muletillas en plan "si tal cuando tal pues le añadimos más tal" o cosas similares que a uno le salen cuando le falla la verborrea.


Pues la verdad es que al principio fue un poco así pero he de agradecer tanto a los alumnos como a las "acarameladas" el facilitarme tanto las cosas. Cuando tienes gente abierta, con ganas y predispuesta a aprender (en el caso de los alumnos) y ayudar y colaborar en todo (en el caso de las Acarameladas)... Lo normal es que todo vaya sobre ruedas.



Llegados  a este punto quisiera decir tres cosas:
  • que dar este curso ha sido una experiencia inolvidable que estaré encantado de repetir (corren rumores de que para septiembre u octubre)
  • que las "acarameladas" son una gente estupenda que nos alegramos muchísimo de haber conocido, que nos han recibido con los brazos abiertos. Que además tienen un local maravilloso, un sitio que realmente encanta con solo verlo y que además allí elaboran cosas preciosas... Pura fantasía.
  • que lo hemos pasado genial en Madrid y que nos hubiera gustado quedarnos unos días más. Pero hemos continuado con la ruta y ya estamos en Donosti con la familia (pero eso también es otro cantar).

Comunicado oficial: problemas técnicos

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No, no hemos abandonado nuestra vida bloguera, ni mucho menos.
El caso es que, como sabrán, hemos estado de viaje por esos mundos de dios (cosas que por cierto estamos deseando contarles) y a la vuelta nos hemos encontrado con graves problemas técnicos, es decir, a nuestro pobre y maltrecho PC en coma... Vamos que no va...
Así que a la espera de ver si la cosa tiene solución (el técnico dirá) y podemos reanudar nuestra actividad, cosa que por cierto estamos deseando.
Mientras tanto queda suspendido nuestro mundo blogger hasta nuevo aviso. Eso sí, si nos necesitan, nos echan de menos o simplemente se aburren... Recuerden que, como siempre, pueden encontrarnos en las principales redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram, Google+,...) donde seguimos"trabajando" como de costumbre.
Esperamos encontrarles ahí a la vuelta.
Aprovechamos para dar nuestro más sentido pésame a los familares y amigos de los fallecidos en el trágico accidente de tren de Santiago y nuestro afecto para los heridos y sus allegados.
Hasta pronto!!

Reflexiones: El colorante alimentario artificial

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Hoy quiero hablarles de un producto cuyo uso indiscriminado llama poderosamente mi atención por diversos motivos: el colorante alimentario artificial.

Colorante como para 3 millones de paellas

El otro día me pasó algo que despertó mi curiosidad. Usando en mi trabajo el "maldito" colorante me callo un poco en los dedos, pues bien, cuando fui a lavarme las manos aquello no me salía ni con lejía, ni con estropajo de "nanas" ni con nada de nada.

Aquí la prueba documental


Entonces pensé: si eso pasa en mi mano... ¿Qué no hará en nuestros estómagos? Hay varios estudios al respecto pero lo dejaremos en que está demostrado que no es del todo beneficioso para la salud el consumo de estos productos.

Entonces... ¿Que necesidad hay de echar estos colorantes en nuestras comidas para darle un "bonito" tono amarilloso? Porque una cosa esta clara y es que esto no aporta a nuestras comidas nada más que color amarillo porque oler no huele a nada y saber sabe menos.

Si buscas información acerca de los colorantes artificiales verán que se dice que su razón de ser no es otra que la de hacer los alimentos más atractivos a la vista y que hay ciertos colores que llaman la atención y resultan apetecibles y que el color en sí es uno de los atributos que más valora el consumidor a la hora de mostrar su preferencia por uno u otro producto.

Hemos descubierto también que las primeras referencias que se tienen del uso legal de colorante alimentario artificial data de finales del siglo XIX cuando en Estados Unidos (no se porque no me extraña que fuera precisamente allí) se aprobó su utilización para dar un color más apetitoso a la mantequilla.

La finalidad real de estos químicos es principalmente la de aportar colores "naturales" a la vista del consumidor. Como en el caso de los refrescos, el yogur, los helados o las golosinas, en los que asociamos el color rosa (o incluso rojo) al sabor a fresa. Por este motivo si al elaborarlo se obtienen otros colores, rápidamente la industria corrige este "defecto" para que nos resulte impactante ver un helado de fresa de color blanco.

Llegados a este punto sigo sin creer que sea realmente imprescindible el asunto pero continuemos...

Gran parte de los productos derivados de la industria alimentaria contienen colorante alimentarios, cosa que en ocasiones crea rechazo y gracias a lo cual desde hace algunos años muchas productores los han eliminado de su listado de ingredientes, sustituyéndolos por colorantes naturales o simplemente prescindiendo de ellos, dando mayor importancia al sabor y la naturalidad que al aspecto externo que presenta el producto que, en cualquier caso, lo normal es que resulte más apetecible en estado natural.

Y me direis... ¡Que enterado es este chaval! Se perfectamente que este colorante es un sucedaneo del maravilloso azafrán, pero claro, estos polvos del planeta de los Simpsons no le llegan a la suela del zapato al aroma que tienen los pistilos... Supongo que en eso estaremos de acuerdo. Por mi parte prefiero mil veces un arroz con un tono mas bien blanquecino, que una paella anaranjada con un color muy llamativo pero de dudosa procedencia.

Por no ponernos a hablar del tema de la salud, que de todos es sabido que estos rollos cuya nomenclatura es un código tipo E-XXX no suelen ser de lo mejorcito para nuestro organismo, por lo tanto, os lanzo la pregunta: ¿por qué hacemos las paellas de color amarillo-naranja? No es suficiente con el colorante natural que obtenemos del gustoso caldo que hemos puesto, de todas la verduras, de la carne, marisco o pescado que hayamos puesto y además del azafrán (si se lo ponemos)... ¿Por qué diantres le echamos ese "toquito" de polvo? ¿Es realmente necesario? ¿Es únicamente para hacerlo mas atractivo a la vista? A mi desde luego me echa para atrás.

Mi conclusión es la siguiente: cocinemos más con el corazón, con mas gusto y con menos fuegos de artificio. Eso sí, tengamos claro lo siguiente: "de gustibus non est disputandum" es decir, " no se debe discutir sobre gustos".

Por cierto que los refrescos son los productos para los que más se utilizan colorantes alimentarios artificiales. Ya sabemos todos que los refrescos son agua, azúcar, colorante y poco más...

Sandwich Club

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Hoy traemos una receta muy pero que muy sencilla pero que puede tener cierto transfondo, un simple sandwich club... O quizás no tenga porque ser tan simple. Nuestra receta, como casi siempre, viene acompañada por una reflexión acerca de la gastronomía en la islas que esperamos que les parezca interesante.

Ya le dariamos ahora otro bocado...

Por aquí, por las Canarias abundan ciertos lugares de comida rápida a los que nosotros llamamos "piscolabis". Según diversos diccionarios de lengua española, la palabra piscolabis se define como:
  1. Refrigerio que se toma fuera de las comidas principales. Tentempié.
  2. Comida ligera que se toma entre horas y que suele consistir en un bocadillo, pincho o tapa.
  3. Ligera refacción (alimento que se ingiere para reparar fuerzas) que se toma, no tanto por necesidad como por ocasión o por regalo.
Y precisamente de eso tratan estos locales. Lugares cuyo menú se compone de sandwiches de todo tipo, bocatas de mil sabores, perritos calientes, hamburguesas, papas fritas y, cuando mucho, algún plato combinado de elaboración sencilla. Algo muy poco sofisticado y para cuya elaboración y servicio no es que se requiera personal altamente cualificado. Más bien algo sencillo para matar el hambre por "cuatro duros".

Pero a los Tartufo nos gusta darle una vuelta de hoja a las cosas y eso nos hace plantearnos y replantearnos todo. ¿Y si esos piscolabis que tanto abundan no sirvieran comida basura? ¿Si en vez de utilizar pan precocinado hicieran sus bocatas con pan de verdad? ¿Y si incluso elaboraran su propio pan? ¿Y sin en vez de papas congeladas se pusieran a pelar papas? ¿Y si en vez de los bocatas de siempre fueran un poco más allá?

Probablemente el precio de su "carta" subiría considerablemente pero también posiblemente se abrirían a un publico más adulto, con otros gustos y conocimientos culinarios y, probablemente, con mayor poder adquisitivo... O quizás no.

Pues la verdad es que pensamos que no. La cuestión es que por las islas estamos muy acostumbrados a comer regular por un precio más que económico y bien por un muy buen precio. Y con eso estamos más que conformes. ¿Y para qué más?

El cubierto en un muy buen restaurante de la ciudad de Las Palmas ronda los 40 euros. Un precio que puede parecer más que razonable para quien nos lea desde la península. No tanto para los canarios, quienes mayoritariamente consideran que por ese dinero pueden comer tranquilamente 4 o incluso 6 personas.

¿Concluimos entonces que los isleños dan más importancia al precio que a la calidad de lo que consumen? Tampoco es eso. Lo que ocurre es que por aquí estamos muy acostumbrados a la comida sencilla, en casi todos los locales encontramos más o menos lo mismo, lo que gusta y lo que el dueño del local sabe que triunfa en las islas: comida sencilla y económica. Sota, caballo, rey.

Quizás a los canarios nos cuesta un poco comprender que no hay nada mejor en lo que gastarse el dinero que en comer. Que hay que abrir la mente, probar cosas nuevas, visitar nuevos locales y que si eso significa paga un poco más... Una vez al año no hace daño, al contrario.

Esperamos que nadie se ofenda y no ser mal interpretados. La comida sencilla de las islas es maravillosa (para mi la mejor) y disfrutamos muchísimo de ella. Pero creemos que el campo gastronómico de las islas necesita mirar hacia fuera y ver lo que está pasando en el mundo, la revolución que lleva varios años sucediendo, y preguntarse porque nuestra gastronomía no se "vende" tan bien como otras.

Y reivindicando que existen los buenos piscolabis y que podemos conseguir que un sandwich pase de ser comida basura a convertirse en un gran plato, hoy les traemos nuestra versión del clásico americano Sandwich Club pero hecho con "pan de verdad" elaborado por nosotros mismos y con
productos frescos.

El sandwich club se cree que es originario de New York, donde comenzó a elaborarse en el Saratoga Springs Club-House a finales del siglo XIX. Existen muchas variantes de este emparedado hoy en día mundialmente conocido y cuenta con diversas versiones según el país donde se consuma, pero la original y más extendida es un sandwich triple con pavo, queso, panceta, tomate, lechuga y mayonesa; además por lo general va acompañado de una ración de papas fritas.



¿Apetece?



Ingredientes:

3 rebanadas de pan de molde
2 lonchas de pechuga de pavo braseada
4 lonchas de bacón ahumado
2 lonchas de queso gouda
3 hojas de lechuga batavia
1 tomate
Una cucharada de mayonesa
Una cucharada de mostaza








Elaboración:

Para empezar lavamos y cortamos la lechuga en pedazos grandes y el tomate en rodajas finas.

A constinuación tostamos el pan por ambas caras para darle la consistencia necesaria para que "aguante" todo lo que le vamos a poner a este sandwich. Mientra tanto vamos cocinando el bacón en una sartén o plancha hasta que quede bien crujiente.

Vamos con el montaje del sandwich. Cuando tengamos el pan listo ponemos un poco de mostaza sobre una de las rebanadas y sobre ésta el pavo, el queso y por último la lechuga. Cubrimos con otra de las rebanadas que previamente abremos untado con mayonesa por la cara inferior y mostaza en la superior. Sobre la segunda rebanada ponemos el tomate y el bacon y cubrimos con la última rebanada untada con mayonesa.


¡Listo para comer!

Pintxo nortasuna

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Hace un mes, y como cada año, viajamos a Donosti a visitar a la familia y a disfrutar de unas merecidas vacaciones en una de las ciudades más hermosas del mundo y en uno de los lugares en los que mejor se come del universo.

Nortasuneando
Este año quisimos aprovechar para hacer una visita a nuestro "amigo virtual" Lorentzero y así desvirtualizarnos mutuamente. Poco tiempo antes habíamos descubierto que Loren y el aita del señor Tartufo se conocían desde hace muchos años, cuando la amoña y el aitona tenían un puesto de venta de pollos en el mercado de La Bretxa. Así que nos dirigimos a Basollua, en la calle San Bartolomé, donde Loren se encarga de reinventar el tradicional concepto "Sociedad Gastronómica".



Quisimos llevarle algún obsequio a Loren así que le pedimos a los aitonas unas conservas que ellos mismos embotan: unas piparras y un bonito en aceite de oliva que no solo limpian, elaboran y conservan ellos mismos, sino que además también lo pesca el aitona.

La verdad es que nos pasamos sin avisar pero aun así Loren esperaba nuestra visita. Tanto fue así que había avisado a Marta (de conservas Olasagasti) para que nos llevara alguna de las delicatessen que salen de su fábrica y así tuviéramos la oportunidad de probarlas. Cuál no sería nuestra suerte, ya que además de traernos para casa tan suculento regalo, tuvimos la fortuna de coincidir con Marta y conversar con ella unos minutos. Tan a gusto nos sentimos en Basollua que hasta nos marcamos un "simpa" que ni el Luisma en sus mejores tiempos... Pero eso es otro cantar. Una vez más gracias Loren por recibirnos con los brazos abiertos y gracias Marta por el regalo que tanto hemos disfrutado.



Así que "sin querer queriendo" nos marcamos entre todos uno de esos famosos #truequesdei gastronómicos que se dan lugar en Basollua y de los que tanto habíamos oído hablar. Conserva por conserva.

Olasagasti es una conservera que desde finales del siglo XIX se ha dedicado a acercar a nuestra mesa las bondades ofrecidas por el Cantábrico, tratando la materia prima con el mayor de los mimos y de forma tradicional.

Entre los productos Olasagasti que hemos tenido el placer de degustar, hoy queremos hablares de dos en concreto: crema de aceitunas negras y bonito del norte en aceite de oliva. Y es que con estros ingredientes y alguna cosa más nos hicimos uno de los mejores y más sencillos pintxos que nos hemos preparado en mucho tiempo. Es lo que tiene el poner disfrutar de productos de calidad, con muy poco esfuerzo conseguimos excelentes resultados.


Así que lo que les traemos hoy, más que una receta, es un relato de como disfrutamos de tan maravillosos manjares. Y es que no se nos ocurrió una forma mejor de "nortesunear" que la de combinar el bonito del norte, con unas deliciosas anchoas del cantábrico en salazón y una piparras en vinagre (langostinos de Ibarra)... Y he aquí el resultado...




Como ven, el "invento" fue de lo más sencillo. Tostamos una rebanada de pan casero (Hogaza de pan tradicional con masa madre). Cortamos un par de anchoas muy pequeñitas, las mezclamos con la crema de aceitunas negras y untamos el pan con ella. Troceamos el bonito "a grosso modo" y lo colocamos sobre la crema. Cortamos la cebolla en brunoise muy pequeñito y las piparras en rodajas muy finas y lo mezclamos todo en un recipiente con un chorrito de buen aceite de oliva virgen extra. Colocamos la mezcla sobre el bonito y, por último, coronamos con un filete de anchoa.

Listo para disfrutar!

Ensalada mixta

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Hoy queremos reivindicar el que con toda seguridad es uno de los platos más pedidos (y por ende más elaborados y vendidos) en restaurantes y cafeterías en nuestro país, muy de menú del día, y demasiado maltratado e infravalorado: la ensalada mixta.

Te presentan esto y te lo comes por no dejarla y piensas: la próxima vez no pido ensalada. Si eres de la orden del Tartufo (piensa mal y acertarás) además te planteas si esa lechuga ha sido convenientemente lavada y desinfectada antes de hacer acto de presencia en tu plato.

Y la culpa, en parte, la tenemos los comensales, que nos hemos dejado seducir por ensaladas forasteras del tipo Ensalada ManhattanEnsalada César, etc. Con sus salsas elaboradas y tan calóricas como exquisitas.

Porque quien tiene la osadía de pedir (con la boca muy muy pequeña) una ensalada hoy en día corre con el riesgo de encontrarse una insulsa lechuga romana venida a menos (o iceberg si uno tiene muy mala suerte) que lleva cortada ni se sabe cuanto y que queda aplastada y mojada sobre el plato, tan triste que da pena comérsela. A eso le sumamos alguna rodaja de tomate desabrido, algo de atún de dudosa procedencia, alguna aceituna que parece haber caído en el plato y un huevo. Y ya si le echas mano al convoy y no se te queda la mano pegada al aceitero, en muchos casos comprobarás que nos AOVE todo lo que reluce. Aún así el Tartufo afirma con toda seguridad que la ensalada mixta es el plato que más veces a elaborado en todos los lugares en los que ha trabajado. ¡El superventas por excelencia!

No digo que no haya lugares donde ofrezcan ensaladas mixta como mínimo comestibles, y que incluso hay alguno del que se pueda salir con una sonrisa por haber pagado bien a gusto. Pero la verdad es que creemos que es un plato tan sencillo que se ha dejado de prestarle la atención que requiere... ¡Que lo cortés no quita lo valiente!

¿Pero y si uno pudiera pedir una ensalada mixta y quedarse más contento que unas castañuelas y hasta bailar una jota porque por unos pocos euros se puede llevar un platazo de ensalada sano y delicioso (con todas sus letras)? ¿Y si en vez de utilizar una lechuga que da tanto miedo como vergüenza nos pusieran una lechuga verde, fresca, crujiente,...? ¿Y si utilizaran una buena conserva de atún en aceite de oliva que multiplicara el sabor natural del plato en vez de algo emplastado y grasiento?

Como siempre nos quedan preguntas sin respuesta. Así que nosotros de momento nos hemos hecho nuestra Ensalada mixta, como nos gustaría que fuera siempre: con su lechuga fresca, su tomate hermoso, su atún embotado por nosotros mismos, su espárragos, su huevo, sus aceitunas,... En fin, ¡sabe a mixta! Porque pese a todo creemos que la ensalada mixta es una luchadora, capaz de vencer adversidades, y que debe estar donde se merece... Seguirá estando, ¡seguro!

Sabe a mixta


Ingredientes:

200 gr de una buena lechuga
1/2 tomate hermoso
1/2 cebolleta
Un huevo sancochado (duro)
Atún en aceite de oliva
Espárragos blancos
Aceitunas








Elaboración:

Cocemos el huevo. Lavamos la lechuga en profundidad y la secamos muy bien. Lavamos también el tomate y pelamos la cebolleta.

Cortamos la lechuga y la cebolleta en juliana. Troceamos el tomate en gajos. Pelamos el huevo y lo cortamos en cuartos.

Disponemos en un plato la lechuga y sobre ésta el resto de los ingredientes, procurando no tirarlos sino depositarlos con algo de criterio.

Aliñamos con un buen aceite de oliva virgen extra, un buen vinagre (del que más le guste a cada uno) y una pizca de sal.

¡Y ya esta lixta la mixta!




Bocata de calamares. Book + food: Diez años de cocina en La Broche

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Hace unos días me encontraba pasando el rato en Twitter y vi que Garbancita escribía un Tweet que decía lo siguiente:
- "¿Dónde puedo estar si le veo el culo al pez de Frank Gehry?".

En el tweet en cuestión aparecía una foto del Pez dorado... Uf, me costó pero vale, Barcelona. El que conozca bien la ciudad seguro que podía adivinar desde dónde había sacado la foto por la perspectiva... pero no es mi caso, así que me quedé con la curiosidad.

Entonces apareció otro twett que ponía:
- "Más pistas".

Y en este otro tweet había otra foto en la que aparecía la estatua de una vaca pintada con mogollón de palabras (rollo graffiti)... A mi en principio la vaca me decía poco así que se seguía manteniendo el misterio. Sin embargo en cuanto me puse a leer las palabras que tenía escritas la estatua vi  el término "bravas", entonces me dije: - "Barcelona + bravas... ¡Eureka! ¡Está en el restaurante de Sergi Arola!". Concretamente en elArola del Hotel Arts de Barcelona. Y automáticamente pensé: "¡Jo, que suerte!".

A partir de ahí se sucedieron una serie de fotos, a cuál más cruel por la buena pinta que rezumaban: Martini de albahaca, Champiñón relleno de cigala, Butifarra con foie y reducción de Oporto,... Y un largo etcétera, entre las cuales, como no, estaban las míticas Bravas de Arola y su también inconfundible Bocata de calamares.

Nuestro bocata de calamares

Como se suele decir: Si la envidia fuera tiña, todos seríamos tiñosos... Pues eso.

Así que me busqué mi particular "consuelo de tontos" y me puse a ojear el libro Diez años de cocina en La Broche de Sergi Arola que adquirimos hace unos meses en una mega - librería en la que a veces se encuentras joyas como ésta a precio de risa. Entonces decidí retomar nuestra sección Book + food ya que nos encanta pero últimamente la teníamos algo abandonada, y eso que tenemos un montón de nuevas adquisiciones que enseñarles y ya lo iremos haciendo poco a poco.

No podemos decir que Diez años de cocina en La Broche sea un libro de recetas, y eso que también lo es, porque trae mogollón de recetas, de los clásicos platos que Arola elaboraba en el mítico restaurante La Broche de Doctor Fleming y que ya han pasado a ser parte de la historia gastronómica de nuestro país. Sin embargo, este magnífico libro lo describiríamos más bien como un cuaderno de reflexiones, un diario de los días que Arola pasó en La Broche y lo que allí aprendió, de su vida, su pasado y su presente,... Una maravillosa biografía llena de fotografías y recuerdos, y además una especie de manual para quien tenga la "ocurrencia" de abrir un restaurante, el cual se disfruta mucho leyendo y aprendiendo. Eso sí, no tiene precisamente formato de bolsillo, que ¡es un buen libraco que pesa lo suyo!



Sergi Arola nació en Barcelona en 1968. Durante su juventud compaginaba sus dos pasiones, realizando sus estudios en la Escuela de Hostelería y Restauración de Barcelona al tiempo que tocaba la guitarra y componía en su grupo de rock. A mediados de los ´90 comienza a trabajar en el Talaia Mar con Ferrán Adriá y tras varios éxitos profesionales le ofrecieron llevar su propio restaurante en Madrid, La Broche, donde un año después recibe su primera estrella Michelín y en el 2000  es reconocido con la segunda y comienza a recibir una infinidad de galardones (Mejor Cocinero del año y Premio Nacional de Gastronomía 2003, entre otros). En el 2003 abre el restaurante Arola en el Hotel Arts de Barcelona y en 2008 abandona todos sus proyectos en Madrid para crear el Sergi Arola - Gastro, junto a su mujer Sara Fort, donde consiguió ser galardonado a la vez con dos estrellas Michelin, hecho sin precedentes en la historia de la gastronomía de nuestro país.

El pobre Tartufo intentó trabajar en La Broche y no lo consiguió pero no pasa nada Sergi, no te guarda rencor, al contrario, acabó trabajando en Zalacain, muy buen restaurante también pero otro rollo.

Como ya les hemos dicho, el libro trae recetas, y entre esas recetas se encuentra la del fabuloso Bocata de calamares cuya fotografía había colgado Garbancita. Así que hoy rendimos nuestro particular homenaje a Sergi Arola y su cocina de vanguardia versionando uno de los platos que mejor definen quién y cómo este genio (sin ser sus Bravas, claro está) sus Calamares fritos servidos según la idea de un clásico bocata de calamares.


Y de regalo para mi Tartufo, esta evocadora frase de William Faulkner que preside la web de Arola, sin un duda un soñador, como tú:

“La sabiduría suprema es tener sueños tan grandes que no puedas perderlos de vista mientras los persigues”.




Ingredientes:


Un calamar hermoso y muy fresco
150 ml de aceite de girasol
150 ml de aceite de oliva 0,4º
Un huevo
Un limón
3 dientes de ajo (o 4 si te gusta mucho el sabor del ajo)
Harina
Sal
Aceite para freír
Un buen pan (que esté a la altura de los calamares), nosotros hemos hecho un pan tipo bocata rústico del que ya les daremos la receta.




Elaboración:


Vamos a hacer una mayonesa con ajo asado para acompañar nuestros calamares. Para ello precalentamos el horno a 180º C. En un recipiente apto pondremos los ajos con piel a asar durante aproximadamente 20 minutos. También puedes confitar los ajos (pelados) en abundante aceite a fuego bajo si lo prefieres. Cuando los ajos estén listos los pelamos y los ponemos en el vaso de la batidora con el huevo, un chorrito de limón y una pizca de sal. Vamos incorporando los dos aceites en un hilo al mismo tiempo que batimos hasta que tenga la textura que nos guste. Ya tenemos la salsa. Reservamos en la nevera.

Limpiamos el calamar, lo cortamos en rodajas y lo salamos. En una bolsa de plástico bien limpia ponemos el calamar y un buen puñado de harina. Sacudimos hasta que todo el calamar se haya enharinado.

Ponemos un cazo, sartén o freidora con abundante aceite al fuego y freímos los calamares hasta que estén dorados. Por último los ponemos en papel secante para absorber algo de aceite.

Aprovechamos que el horno está caliente para tostar el pan que previamente debemos abrir por la mitad.

Cuando el pan esté tostado lo untamos con nuestra mayonesa y ponemos los calamares sobre ella. Cerramos y listo para comer.

Exija rejos con sus calamares, si no es posible que no sean tales

Tarta sencilla de chocolate (con Nutella)

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Hace unos días le dije al Señor Tartufo que estaría bien hacer una tarta o un bizcocho y regalárselo a mi madre y mi hermana por el día de las Marías. Él me dijo que hacia algunos meses había visto en el programa de David de Jorge (Robin Food, Atracón a mano armada) una tarta que tenía muy buena pinta, bastante sencilla y que se llamaba "tarta guarra de nutella"... ¿Eh?

Conociendo a David y su gusto por llamar a las cosas por su nombre, aunque éste resulte poco ortodoxo, me imaginé esa tarta como un pastel fácil pero super chocolateado, pringoso y goloso a más no poder... ¡Eso había que probarlo!

Tan guarra como deliciosa

Para hacer la tarta era suficiente con buscar la receta, que en la web están muy bien explicaditas, comprar los ingredientes y llevarla a cabo. Pero nosotros siempre nos entretenemos de lo lindo viendo los programas de Robin Food (aunque sea repetidos) y así lo hicimos.

Y viendo el programa nos acordamos de que este verano estuvimos en el plató y que aún no se lo habíamos contado. La verdad es que nos hizo muchísima ilusión, sí... somos bastante frikis (si nos leen con asiduidad no se llevarán ninguna sorpresa). Así que cual grupies nos hicimos varias fotos detrás de la isla en la que David de Jorge elabora sus recetas... ¡Más contentos!

De izquierda a derecha:
el aitona Tartufo, la señora Tartufo, el bebé Tartufo y el señor Tartufo


Una vez allí nos dimos cuenta de que el plató es enorme, muchísimo más de lo que podemos apreciar por televisión, y que está decorado hasta el último detalle, yendo mucho más allá de lo que estrictamente se ve en televisión, por eso entendimos que aquello más que un plató es una cocina, un lugar donde trabajar y cocinar a gusto.

Disfrutamos mucho visitando y curioseando por el plató entre cámaras y electrodomésticos, otra cosa más que tenemos que agradecerle al gran Martín Berasategui.

Por cierto, la tarta fue un éxito y gustó tanto a mi madre y mi hermana, como al resto de comensales y, por supuesto, a nosotros, que la repetiremos. No hemos querido llamarle "tarta guarra" porque a mi madre no le entusiasmó demasiado el nombre, así que la hemos convertido en nuestra Tarta sencilla de chocolate (con Nutella).




Ingredientes:


Para la base:
250 gr de galletas (tipo "Digestive")
100 gr de mantequilla (en pomada)
25 gr de avellanas tostadas y picadas muy finas
15 gr de crema de chocolate y avellanas (tipo "Nutella")

Para el relleno:
400 gr de crema de chocolate y avellanas (tipo "Nutella")
300 gr de queso natural (tipo "Philadelphia")
250 gr de queso mascarpone
100 gr de avellanas tostadas y picadas a "grosso modo"
20 gr de azúcar glas



Elaboración:

Vamos a comenzar haciendo la base de la tarta. Para ello trituramos bien las galletas y las mezclamos con las avellanas, la mantequilla y la crema de chocolate hasta obtener una masa. Colocamos esa masa en la base de un molde desmontable (22 cm aproximadamente) y vamos apretando con las manos para estirarla y que no quede ningún hueco, dejándola lo más lisa posible. Metemos la base en el congelador durante un rato para que  se endurezca.

Ahora vamos con el relleno. Batimos el queso con el azúcar, mejor si lo hacemos con una batidora de varillas (y mejor aún si lo hacemos con el accesorio "K" de la KitchenAid). Añadimos la crema de chocolate y volvemos a batir.

Vamos con el montaje de la tarta. Esparcimos el relleno sobre la base y lo dejamos lo más liso posible con la ayuda de una lengua o una espátula. Por último esparcimos las avellanas por encima.

Listo para comer!


Curso de pan en Madrid (26 de octubre)

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Atención porque hoy venimos a darnos un poquito de auto - bombo, y es que Tartuforecetas vuelve a Madrid para, visto el éxito de anteriores ediciones, dar otro curso de pan.




Será un curso de iniciación a elaborar pan en casa en el que aprenderás a hacer tres recetas de pan (un pan de molde ideal para tus sándwiches, un pan tradicional con masa madre como los que ya no se encuentran y unos bollos de chocolate y naranja como los que me compraba mi madre cuando era pequeño), en el que además aprenderás a preparar y utilizar tu propia Masa Madre y, lo más importante, en el que podrás aprender las bases y los conocimientos necesarios para poder hacer pan en casa y seguir cualquier receta sin problemas. El curso dura aproximadamente cuatro horas, en las que además almorzaremos o merendaremos juntos.

Para nosotros lo más importante es lograr trasmitir nuestra pasión y respeto por el "pan de verdad" y sin prisas, el respeto a sus tiempos, la paciencia y el cariño con el que hacemos nuestro pan; que además resulta ser mucho mejor que cualquier pan que se puede comprar por ahí, mucho más barato y además a nuestro gusto. Y si logramos hacer de ti un nuevo "panadero casero" habremos cumplido nuestro objetivo.

Para asistir al Curso de pan que impartiremos en Acaramelada (Madrid) el próximo 26 de octubre de 2013 pueden ponerse en contacto con nosotros a través de nuestro correo tartuforecetas@gmail.com o pasar por la tienda Acaramelada y preguntar por el curso.



¿Quién se apunta?

Helado de galletas Oreo

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¡Estamos agotados! Sí, así como lo leen. Esta semana y la anterior no paramos. La enana ha comenzado el cole y han sido dos semanas de idas y venidas porque comenzaron con el periodo de adaptación. Desde la semana pasada ya Lucia pasa la mañana entera en el cole y eso nos deja a Mikel y a mi unas horas libres, así que decidimos aprovecharlas, ¿cómo? ¡Pintando la casa!

Lo suyo sería decir que pintar no es lo nuestro, que lo nuestros son los fogones (y el horno), que estamos más cómodos con las manos en la masa (que cierto es que lo estamos) que en la pintura, que te cambio un cucharón por el cuchillo... ¡Claro que sí! Pero seamos sinceros, la modestia en ocasiones está sobre valorada jajajaja.

No seremos profesionales e igual ensuciamos un poco más de la cuenta (el brazo de Mikel es la prueba). Pero no se nos da mal esto de pintar y nos ha quedado la casa requetemona jejejeje.

Eso sí, estamos tan cansados que esta semana les hemos abandonado un poquito y en vez del lunes nos hemos ido hasta el jueves... Más vale tarde que nunca (¿a que sí?).


Por cierto, al majete de The Thelegraph (Martin Roberts) que dice que la culpa de la siesta la tiene nuestra maravillosa siesta le tengo que decir un par de cositas:

- Envidia cochina que tiene el caballero de no vivir en un país con tan agradable y reconfortante costumbre (tanta envidia le daba que se ha venido a venir a España).
- La culpa de la baja productividad de la industria española no la tienen los trabajadores sino quienes se deben encargar de ofrecer un modelo productivo eficaz que consiga optimizar los esfuerzos de los trabajadores y obviamente no lo hacen.
- Según diversos estudios los españoles trabajamos más horas que otros países europeos (véase la intocable Alemania).
- Para la próxima apunta un poco más arriba porque la culpa no está aquí "abajo", en la clase trabajadora porque eso somos TRABAJADORES.
- Desde luego ha conseguido lo que sin duda buscaba, levantar polémica y darse bombo.
- Con la de ingleses majos que hay y se tiene que venir para acá este...

Por ahora me he quedado a gusto, ya veré si se me ocurre algo más que decirle.

Y por cierto, hoy tenemos alerta por lluvias en las islas, sin embargo estos días ha hecho tal calor que casi se me cocina el bizcocho fuera del horno. Así que nos hemos regalado un pedazo de helado que nos ha sabido a gloria... y a Oreo.


Pedazo de helado que nos hemos marcado (pareado incluido)


Ahí va la receta!




Ingredientes:

400 ml de nata para montar
200 ml de leche entera
150 gr de galletas Oreo
150 gr de azúcar
3 yemas de huevo
Una vara de vainilla


Elaboración:

Para empezar, como siempre, debemos haber introducido el vaso de la heladera (dentro de una bolsa o envuelto en papel film) en el congelador con al menos 24 horas de antelación. Nosotros hemos elaborado este helado con el accesorio helador de KitchenAid.

Vamos con la crema del helado (crema inglesa). En un cazo ponemos la leche y la nata al fuego hasta que rompa a hervir. Cortamos la vara de vainilla por la mitad (a lo largo), desgranamos e incorporamos todo al cazo. En otro recipiente (fuera del fuego) mezclamos las yemas con el azúcar.

Cuando la leche haya hervido retiramos del fuego y dejamos reposar un minuto. A continuación añadimos la mezcla de yemas y azúcar y volvemos a remover hasta que todo quede mezclado homogéneamente. Guardamos la crema en un recipiente hermético y dejamos reposar la crema durante al menos cuatro horas en el frigorífico.

Transcurrido el tiempo de reposo, retiramos la vara de vainilla de la crema y añadimos las galletas que previamente debemos haber troceado. Vertemos la crema en la heladera y la dejamos que trabaje hasta que nuestro helado tenga la textura adecuada.

Guardamos en un recipiente hermético y al congelador!


Recuerda que si lo necesitas puedes echar un vistazo a nuestros Consejos para hacer helado en casa.

Aquí la mano de Mikel, que casi se me olvida


Alubias de Tolosa con costillas

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Buenas!

Hoy estoy pachucha. Me he pillado un catarro de los importantes. Es que soy especialista en resfriados me agarro al menos uno con cada cambio de estación.

Y cuando uno está congestionado lo único que le apetece son sopas, guisos, potajes y demás comidas de cuchara que calienten el cuerpo y el alma.

Aprovechando la entrada del otoño en el que el tiempo está aún más loco que de costumbre y que alternan días de sol y calor con días nublados y con lluvia nos hemos marcado unas Alubias de Tolosa que nos trajimos de nuestro último viaje a Donosti (momento en el que aprovechamos para hacernos con provisiones) y que estaban pacientemente esperando en la despensa.

Las legumbres en general (y las alubias en particular) contienen gran cantidad de hidratos de carbono y proteínas y, junto a los cereales, constituyen uno de los pilares básicos de la alimentación mundial (también por su uso en la alimentación animal) y uno de los fundamentos de la gastronomía española.

Las Alubias de Tolosa son un excelente producto por muchas razones pero especialmente por su cultivo tradicional y respetuoso con el medio ambiente, el clima de la zona (propicio para este tipo de cultivos) y el control exhaustivo llevado a cabo por la Asociación de Productores de Alubia de Tolosa, lo que las haces merecedoras del distintivo de calidad Eusko Label (máxima garantía de calidad en la Comunidad Autónoma Vasca).

Hay muchas formas diferentes de elaborar las alubias, que quedan bien con casi todo, hoy te presentamos una de tantas formas que a nosotros nos gusta particularmente: alubias de Tolosa con costillas.


Ñam!!!



Ingredientes:

250 gr de alubias de Tolosa
250 gr de costilla de cerdo fresca
Una cebolla
Un pimiento verde
Un tomate
3 dientes de ajo
Una cucharadita de pimentón dulce
Aceite de oliva
Sal


Elaboración:

El día antes de elaborar esta de receta debemos haber puesto las alubias en remojo (la noche anterior).

Para empezar pelamos los ajos y la cebolla y los cortamos en brunoise (muy pequeño). Labamos y quitamos las semillas del pimiento y lo cortamos en brunoise también. Reservamos.

Ponemos al fuego una olla o cazuela con una cucharada de aceite de oliva. Cuando este caliente incorporamos las costillas (previamente troceadas) y las doramos. Retiramos las costillas a una fuente y reservamos.

En la misma olla pochamos los ajos, la cebolla y el pimiento (añadiendo un poco más de aceite si fuera necesario). Le ponemos una pizca de sal a la verdura para ayudarla a sudar y cuando este lista incorporamos las alubias y añadimos agua fría hasta cubrir. Agregamos también las costillas que habíamos reservado y un tomate entero y lavado.

Dejamos que se guise a fuego medio hasta que las alubias estén tiernas (aproximadamente 45 minutos), añadiendo un poco mas de agua fría durante la cocción si fuera necesario. Cuando queden aproximadamente 10 minutos para que las alubias estén listas, incorporamos el pimentón y rectificamos de sal.

Listo para comer!






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