Buenas!
Hace tiempo que nos hacemos galletas en casa, por suerte siempre solemos tener alguna que otra recetita guardada en la recámara y esta es una de ellas. Hoy les vamos a explicar cómo hacer unas Oreo caseras.
Supongo que todos nos podemos hacer una imagen mental (y doy por hecho que todos las habrán probado) de lo que es una Oreo. Se trata de un “sándwich” compuesto por dos galletas de cacao y rellenas de crema de vainilla.
Buceando en internet he descubierto que las galletas Oreo son el segundo producto alimenticio más consumido del mundo, después de las Big Mac de McDonalds. Ahora mismo tengo una mezcla de sentimientos, estoy entre un “qué fuerte” y un “pues tampoco me sorprende”. Casualmente (o no) hace unos meses pusimos la receta de la Big Mac caseraasí que ya podemos decir que tenemos los dos productos más consumidos del mundo pero en versión casera, sana y económica… No está mal!
No diré que nuestras galletas son un calco exacto de las Oreo originales. Si bien lo que es la galleta en sí está bastante lograda, a nosotros no nos convenció ninguna de las recetas de cremas (o frosting) que encontramos. Así que decimos sustituir el relleno convencional por otro al que hace tiempo le habíamos echado el ojo: la Crema de mantequilla que Biscayenne puso en su blog (Biscayenne) hace tiempo, como relleno para los Bollos de mantequilla de Bilbao, receta que a su vez ella extrajo del libro de recetas de El Amparo, restaurante mítico del Bilbao de principios del siglo pasado.
Les vamos a explicar cómo se elabora una crema parecida a la que llevan las Oreo originales pero les recomendamos que prueben la Crema de mantequilla, ya sea con las Oreo o untadas en una tostada para el desayuno (como ya hemos hecho nosotros unas cuantas veces).
Las galletas las conservamos en una lata, más por guardar las formas que por otra cosa, porque la lata fue un no parar de abrir y cerrar hasta que entre los tres nos zampamos las galletas en un “visto y no visto”.
Tenemos que confesar que un poco por el calor propio de las islas y otro tanto por el ansia nos han quedado unas galletas con un aspecto bastante libidinoso, con sus chorretones de crema y todo… literalmente “para chuparse los dedos”.
La receta de las Oreo caseras(con algunas modificaciones de nuestra propia cosecha) la pillamos del blog Seasaltwithfood, un blog con recetas muy chulas (en inglés eso sí).
Galletas Oreo caseras |
Ahí va la receta!
Ingredientes:
Para las galletas:
230 gr de mantequilla
150 gr de azúcar moreno
90 gr de cacao en polvo
Un huevo
1/2 cucharadita de sal
Una cucharadita de levadura química en polvo
Para la crema de mantequilla:
200 gr de mantequilla (en pomada)
200 gr de azúcar
100 ml de agua
3 yemas de huevo
*Nota: para el relleno tradicional necesitaríamos 115 gr de mantequilla (pomada), 230 gr de azúcar glas, una cucharada de leche, una cucharada de extracto de vainilla y una pizca de sal.
Elaboración:
Para hacer las galletas mezclamos todos los ingredientes secos en un recipiente y en otro todos los ingredientes líquidos. Agregamos los ingredientes líquidos a los secos y amasamos con las manos hasta que estén completamente integrados. Tapamos y dejamos enfriar en la nevera (o en el congelador) hasta que la masa haya endurecido lo suficiente como para poder trabajarla (aproximadamente un par de horas de frigorífico).
Ahora vamos con la crema de mantequilla. En un cazo ponemos el agua y el azúcar al fuego hasta obtener un almíbar ligero. Retiramos el cazo del fuego, añadimos las yemas de huevo (que debemos haber batido previamente) y batimos sin parar para que el huevo se integre con el almíbar (de lo contrario el huevo cuajará). Cuanto tengamos una textura de natillas, dejamos que se enfríe del todo. Entonces incorporamos la mantequilla en pomada y vamos batiendo con unas varillas hasta obtener una crema algo densa. Debemos conservarla en la nevera hasta el momento de su uso (si se solidifica esperamos a que se atempere un poco y volvemos a batir para que recupere la textura inicial).
Precalentamos el horno a 160º C. Sacamos de la nevera una porción de la masa (el resto la mantendremos en la nevera hasta que vayamos a usarla). Estiramos la masa sobre un papel vegetal o “Silpat” sobre una bandeja de horno, procurando que no quede demasiado gruesa (aproximadamente medio centímetro) y damos forma a las galletas con la ayuda de un cortapastas redondo. Si la masa se nos pega demasiado al rodillo (que es lo más probable) podemos estirarla metida entre dos papeles vegetales. Retiramos la masa sobrante y la mezclamos con el resto que habíamos reservado. Repetimos la operación hasta que hayamos agotado toda la masa de galletas.
Introducimos la bandeja en el horno y cocinamos a 160º C durante aproximadamente 15 minutos o hasta que las galletas estén firmes. Dejamos reposar sobre una rejilla hasta que estén completamente frías. Repetir con el resto de las galletas.
Cuando las galletas estén frías solo tenemos que poner una cucharada de la Crema de mantequilla sobre la cara interior de una de las galletas y cubrir con otra (a modo de sándwich).
Si no se van a comer enseguida es aconsejable no ponerles el relleno porque la galleta se humedece y pierde su textura crujiente original.
Listas para comer!
*Nota: si optamos por el relleno tradicional debemos batir la mantequilla hasta que quede suave, entonces añadimos el azúcar y la vainilla y volvemos a batir hasta que la mezcla quede lisa y el azúcar se haya integrado por completo, incorporamos la leche y la sal y batimos de nuevo. Se puede conservar en un recipiente hermético a temperatura ambiente (un par de días) o en la nevera (un par de semanas) pero debe estar a temperatura ambiente cuando vayamos a usarla.