Buenas!
El lunes les traíamos nuestra receta de atún embotado, la cual ha tenido bastante éxito por cierto, si es que las cosas de toda la vida, las que se hacen en casita, son las mejores, sin ninguna duda. Hoy les vamos a dar una receta que ya les anticipamos el lunes.
Como ya les dijimos, el señor Tartufo despiezó nuestro atún y ese mismo día nos comimos la ventresca (o ventrecha). Aquí en las islas, eso de comer la ventresca nunca se ha estilado demasiado. Somos muy de cuatro cositas (buenísimas por cierto) pero de ahí no nos salimos demasiado. Y yo la verdad es que nunca la había probado, excepto en conserva.
Pero afortunadamente el señor Tartufo llegó a mi vida y, entre otras cosas, he probado muchos alimentos que antes no sabía ni que existían o que quizás no me habría atrevido a comer. Y eso que nunca he tenido prejuicios con la comida y no me ha dado “repelús” probar nada (yo lo pruebo y si no me gusta pues mala suerte). Pero es que seguramente ni se me habría presentado la oportunidad de probar según que cosas porque como ya he dicho, aquí tradicionalmente no somos de probar cosas nuevas. Eso sí, afortunadamente esa mentalidad está cambiando poco a poco.
Pues bien, como decía, hoy traemos una Ventresca al horno con tomate aliñado. Una receta muy sencilla y con muy poquitos ingredientes, basada en el género fresco, que hará las delicias de todos los amantes del pescado y, en especial, del atún.
Por cierto que para realizar esta receta nos hemos cogido un truquito del gran Martín Berasategui, que es hacer la reducción de un refrito tres veces (ya se lo explicamos con más detenimiento en la receta) y que nos parece una idea estupenda. De esto algo bueno tenía que salir fijo!
Qué aproveche!
Ventresca al horno con tomate aliñado |
Ingredientes:
Una ventresca de atún
4 dientes de ajo
Un tomate
4 cucharadas de vinagre de sidra
Una cayena
Una rama de romero
Una rama de tomillo
Una pizca de orégano
Aceite de oliva virgen extra
Pimienta negra molida
Sal
Elaboración:
Para empezar precalentamos el horno a 180º centígrados, con calor arriba y abajo y la bandeja en la posición central.
Mientras se calienta el horno, ponemos la ventresca en un recipiente apto para el horno forrado con papel de aluminio. Salamos y rociamos con un chorrito de aceite.
Lavamos el tomate y hacemos un corte en forma de cruz en la parte superior del mismo. Lo ponemos en un cazo con agua para escaldarlo y poder pelarlo con facilidad. No es necesario que lo cocinemos demasiado, sólo lo justo para pelarlo bien. Pueden saltarse este paso, se puede pelar sin cocerlo (o incluso no pelarlos si les gusta comerlo con piel).
Cuando el horno esté caliente, introducimos la ventresca que estará lista en aproximadamente 10 minutos.
Cortamos el tomate en dados y lo aliñamos con el romero, el tomillo y 2 de los ajos bien picaditos, un chorrito de aceite de oliva y el orégano y salpimentamos. Reservamos.
En un cazo ponemos el vinagre a hervir.
Los otros dos ajos los cortamos en lonchas y los salteamos en una sartén con un chorrito de aceite, junto con la cayena.
Cuando comience a dorarse se lo ponemos a la ventresca (que ya habremos retirado del horno) por encima y le añadimos el vinagre hervido.
Volcamos todo el jugo que ha soltado la ventresca, junto con el aceite y el vinagre en la sartén y lo reducimos. Cuando rompa a hervir volvemos a regar el atún con esta mezcla y repetimos esta misma operación de nuevo.
Servimos el atún cubierto por la reducción de aceite y vinagre y unas cucharadas del tomate aliñado.
Listo para comer!