Buenas!
Hace un mes, y como cada año, viajamos a Donosti a visitar a la familia y a disfrutar de unas merecidas vacaciones en una de las ciudades más hermosas del mundo y en uno de los lugares en los que mejor se come del universo.
Este año quisimos aprovechar para hacer una visita a nuestro "amigo virtual" Lorentzero y así desvirtualizarnos mutuamente. Poco tiempo antes habíamos descubierto que Loren y el aita del señor Tartufo se conocían desde hace muchos años, cuando la amoña y el aitona tenían un puesto de venta de pollos en el mercado de La Bretxa. Así que nos dirigimos a Basollua, en la calle San Bartolomé, donde Loren se encarga de reinventar el tradicional concepto "Sociedad Gastronómica".
Quisimos llevarle algún obsequio a Loren así que le pedimos a los aitonas unas conservas que ellos mismos embotan: unas piparras y un bonito en aceite de oliva que no solo limpian, elaboran y conservan ellos mismos, sino que además también lo pesca el aitona.
La verdad es que nos pasamos sin avisar pero aun así Loren esperaba nuestra visita. Tanto fue así que había avisado a Marta (de conservas Olasagasti) para que nos llevara alguna de las delicatessen que salen de su fábrica y así tuviéramos la oportunidad de probarlas. Cuál no sería nuestra suerte, ya que además de traernos para casa tan suculento regalo, tuvimos la fortuna de coincidir con Marta y conversar con ella unos minutos. Tan a gusto nos sentimos en Basollua que hasta nos marcamos un "simpa" que ni el Luisma en sus mejores tiempos... Pero eso es otro cantar. Una vez más gracias Loren por recibirnos con los brazos abiertos y gracias Marta por el regalo que tanto hemos disfrutado.
Así que "sin querer queriendo" nos marcamos entre todos uno de esos famosos #truequesdei gastronómicos que se dan lugar en Basollua y de los que tanto habíamos oído hablar. Conserva por conserva.
Olasagasti es una conservera que desde finales del siglo XIX se ha dedicado a acercar a nuestra mesa las bondades ofrecidas por el Cantábrico, tratando la materia prima con el mayor de los mimos y de forma tradicional.
Entre los productos Olasagasti que hemos tenido el placer de degustar, hoy queremos hablares de dos en concreto: crema de aceitunas negras y bonito del norte en aceite de oliva. Y es que con estros ingredientes y alguna cosa más nos hicimos uno de los mejores y más sencillos pintxos que nos hemos preparado en mucho tiempo. Es lo que tiene el poner disfrutar de productos de calidad, con muy poco esfuerzo conseguimos excelentes resultados.
Así que lo que les traemos hoy, más que una receta, es un relato de como disfrutamos de tan maravillosos manjares. Y es que no se nos ocurrió una forma mejor de "nortesunear" que la de combinar el bonito del norte, con unas deliciosas anchoas del cantábrico en salazón y una piparras en vinagre (langostinos de Ibarra)... Y he aquí el resultado...
Como ven, el "invento" fue de lo más sencillo. Tostamos una rebanada de pan casero (Hogaza de pan tradicional con masa madre). Cortamos un par de anchoas muy pequeñitas, las mezclamos con la crema de aceitunas negras y untamos el pan con ella. Troceamos el bonito "a grosso modo" y lo colocamos sobre la crema. Cortamos la cebolla en brunoise muy pequeñito y las piparras en rodajas muy finas y lo mezclamos todo en un recipiente con un chorrito de buen aceite de oliva virgen extra. Colocamos la mezcla sobre el bonito y, por último, coronamos con un filete de anchoa.
Listo para disfrutar!
Nortasuneando |
Quisimos llevarle algún obsequio a Loren así que le pedimos a los aitonas unas conservas que ellos mismos embotan: unas piparras y un bonito en aceite de oliva que no solo limpian, elaboran y conservan ellos mismos, sino que además también lo pesca el aitona.
La verdad es que nos pasamos sin avisar pero aun así Loren esperaba nuestra visita. Tanto fue así que había avisado a Marta (de conservas Olasagasti) para que nos llevara alguna de las delicatessen que salen de su fábrica y así tuviéramos la oportunidad de probarlas. Cuál no sería nuestra suerte, ya que además de traernos para casa tan suculento regalo, tuvimos la fortuna de coincidir con Marta y conversar con ella unos minutos. Tan a gusto nos sentimos en Basollua que hasta nos marcamos un "simpa" que ni el Luisma en sus mejores tiempos... Pero eso es otro cantar. Una vez más gracias Loren por recibirnos con los brazos abiertos y gracias Marta por el regalo que tanto hemos disfrutado.
Así que "sin querer queriendo" nos marcamos entre todos uno de esos famosos #truequesdei gastronómicos que se dan lugar en Basollua y de los que tanto habíamos oído hablar. Conserva por conserva.
Olasagasti es una conservera que desde finales del siglo XIX se ha dedicado a acercar a nuestra mesa las bondades ofrecidas por el Cantábrico, tratando la materia prima con el mayor de los mimos y de forma tradicional.
Entre los productos Olasagasti que hemos tenido el placer de degustar, hoy queremos hablares de dos en concreto: crema de aceitunas negras y bonito del norte en aceite de oliva. Y es que con estros ingredientes y alguna cosa más nos hicimos uno de los mejores y más sencillos pintxos que nos hemos preparado en mucho tiempo. Es lo que tiene el poner disfrutar de productos de calidad, con muy poco esfuerzo conseguimos excelentes resultados.
Así que lo que les traemos hoy, más que una receta, es un relato de como disfrutamos de tan maravillosos manjares. Y es que no se nos ocurrió una forma mejor de "nortesunear" que la de combinar el bonito del norte, con unas deliciosas anchoas del cantábrico en salazón y una piparras en vinagre (langostinos de Ibarra)... Y he aquí el resultado...
Como ven, el "invento" fue de lo más sencillo. Tostamos una rebanada de pan casero (Hogaza de pan tradicional con masa madre). Cortamos un par de anchoas muy pequeñitas, las mezclamos con la crema de aceitunas negras y untamos el pan con ella. Troceamos el bonito "a grosso modo" y lo colocamos sobre la crema. Cortamos la cebolla en brunoise muy pequeñito y las piparras en rodajas muy finas y lo mezclamos todo en un recipiente con un chorrito de buen aceite de oliva virgen extra. Colocamos la mezcla sobre el bonito y, por último, coronamos con un filete de anchoa.
Listo para disfrutar!