Buenas!
Tras un día de “huelga general” que ha transcurrido con mayor o menor éxito y con mayor o menor participación según el medio de comunicación que uno escoja para informarse, volvemos los Tartufo con un pan que tiene mucha miga (perdón por el chiste fácil).
Nunca he hecho huelga, siempre he sido uno de esos corderitos que un poco por miedo, un poco por vergüenza, siempre he acudido a mi puesto de trabajo los días en se convocaba huelga general.
Este año mi situación laboral tampoco me permitió hacer huelga, como no tengo trabajo, no tengo lugar al que no acudir. La falta de costumbre ha hecho que este día transcurra de forma extraña y que se conjuguen en mí un montón de pensamientos: cabreo, indignación, desesperación, impotencia… vamos, que exactamente igual que cuando estaba trabajando…
Sin embargo, el tener que quedarme en casa a ver la vida pasar (sin comentarios) ya que el bebé Tartufo sí que hizo huelga y no acudió a su puesto en la guardería, para que nadie osara a llamar a mi niña esquirol, me permitió hacer un seguimiento de la huelga a través de diversos medios de comunicación. Esto provocó en mi mayor indignación y desasosiego que esos días de “huelga general” en los que iba a trabajar.
En fin, con el deseo de que todo esto sirva de algo y que todo sea un poquito más justo y equitativo para todos, y con la austeridad que exige el momento, volvemos a lo nuestro que hoy por hoy es el pan.
Este es un pan sencillo, con muy pocos ingredientes, solamente necesitamos harina, agua, sal y grandes dosis de paciencia. Y es que es éste un pan sin nada de levadura, que gracias a nuestra Masa madre, va a levar lento pero seguro. Se trata de un pan blanco, la mejor alternativa para poder apreciar el sabor, aroma y textura que nos aporta el uso de nuestra Masa madre, en detrimento de la levadura.
Así que, una vez más, armémonos de paciencia y otorguemos a este pan lo que necesita: cariño y paciencia.
Pan blanco con Masa madre |
*Nota: una vez más y como casi siempre, se trata de una receta extraída del libro Hecho a mano de Dan Lepard.
Y ahora metamos las manos en la masa!
Ingredientes:
200 gr de Masa madre
300 ml de agua
500 gr de harina de fuerza
Una cucharadita y media de sal fina
Elaboración:
Para empezar ponemos en un recipiente grande la Masa madre junto con el agua. Removemos bien y agregamos la harina y la sal.
Mezclamos todo hasta obtener una masa ligera y pegajosa, nos quitamos los restos de las manos y tapamos el bol con nuestro paño de panadero. Dejamos reposar 10 minutos.
Transcurrido ese tiempo, ponemos un poco de aceite en la mesa de trabajo y amasamos la mezcla durante 10 – 15 segundos. Lavamos el recipiente, lo untamos con aceite y volvemos a depositar la masa dentro en forma de bola. Tapamos y dejamos reposar otros 10 minutos.
Repetimos la operación (10 – 15 segundos de amasado y 10 minutos de reposo) un par de veces más. Tras el último amasado dejamos que la masa repose durante media hora.
Transcurridos los 30 minutos, amasamos de nuevo y dejamos reposar, esta vez durante una hora. Repetiremos el amasado y volveremos a dejar reposar otra hora más.
Transcurrida esa hora, volvemos a amasar y dejamos reposar durante dos horas.
Pasado ese tiempo, dividimos la masa en dos, obteniendo dos piezas de aproximadamente medio kg cada una, en forma de bola. Dejamos reposar 15 minutos sobre la mesa, tapadas con nuestro paño de panadero.
Enharinamos la mesa y damos forma a las bolas de pan.
Disponemos dos recipientes y los cubrimos con un paño que debemos enharinar. Ponemos una bola dentro de cada uno de ellos, dejando los pliegues hacia arriba. Los tapamos con nuestro paño de panadero (que también debemos enharinar) y los dejamos reposar hasta que haya doblado la mitad de su volumen, lo que supondrá aproximadamente 4 – 5 horas más.
Transcurrido ese tiempo, precalentamos el horno a 220º centígrados, con calor arriba y abajo y la bandeja en la posición central.
Enharinamos la bandeja del horno y volcamos una de las bolas en ella, dejando esta vez el pliegue hacia abajo. Hacemos un corte transveral en la parte superior del pan con un cuchillo de sierra.
Vaporizamos con agua y horneamos durante aproximadamente 50 – 60 minutos o hasta que esté bastante dorado.
Sacamos el pan del horno y procedemos a hornear la otra pieza de la misma forma.
Dejamos reposar sobre una rejilla hasta que esté completamente frío.
A disfrutar del buen pan!
Recuerden que si lo necesitan, pueden echar un vistazo a nuestros Consejos para hacer pan en casa.