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Channel: Las recetas de la familia Tartufo
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Scones de limón

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Buenas!

Tu si que eres un muerto de hambre, ademas de un friki tartufo

Con este maravilloso comentario nos sorprendieron el lunes. Lejos de borrarlo o esconderlo y hacer como que no ha pasado nada, haré todo lo contrario: le daré todo el bombo que merece este usuario anónimo al querer faltarme el respeto, logrando todo lo contrario la verdad.

Empecemos por lo de “muerto de hambre”. Salida de tiesto en toda regla ya que, la verdad, no sé a qué viene. Por más que pienso y requetepienso, no se ha a que hace mención con lo de llamarme muerto de hambre.

Muerto de hambre estoy cada vez que llego a mi casa después de trabajar, cierto. Desde la última vez que comí a las 12:00 del mediodía, hasta las 21:15 más o menos creo que es más que normal que tenga hambre, por lo tanto, dudo que vayan por ahí los tiros. 

Si quiere hacer alusión a que voy mendigando comida por ahí, pues la verdad, gracias a dios por ahora vamos escapando. Tengo mi trabajito que me da de comer a mí y a los míos, junto con mi señora esposa, y gracias a dios (toco madera) aún tenemos para comer y no tenemos que andar pidiendo comida a nadie, repito, gracias a dios y que siga así. ¿Mañana? Pues ya se verá, hasta hoy no… 

Si quiere el señor Anónimodarse una vuelta por aquí y decir a que se refiere con este tema pues estaré encantado. Le digo desde ya que sí, que soy un auténtico muerto de hambre, sobretodo en horas puntuales del día que me comería una vaca por los pies, ya que sinceramente soy de buen comer.

En cualquier caso no me parece que utilizar la expresión “muerto de hambre” de manera despectiva sea muy apropiado, más en los tiempos que corren. Lo que me da que pensar que el señor Anónimo seguramente no tenga demasiada conciencia social.

Friki… En este aspecto la verdad es que el señor Anónimo ha dado en el clavo. Soy un friki de tomo y lomo. 

Adoro las sagas míticas del cine como Star Wars, El señor de los anillos, El padrino y todo tipo de cine considerado cine friki, aunque para mí sea sencillamente buen cine. Ah! Que no van por ahí los tiros.

Seguramente el señor Anónimo me llama friki porque, después de pasar todo el día entre fogones en mi trabajo de 8 horas (remunerado), voy y me vuelvo a meter en la cocina a  hacer mi propio pan, a cultivar mi propia verdura, a elaborar mis propias salsas, incluso a hacer mi propia pasta! Esto entre infinidad de cosas más! Y encima, mire usted, estoy orgulloso de ello! Me estoy empezando a preocupar, visto así la cosa parece bastante grave. 

Pero claro, por si esto fuera poco, voy y me pongo a hacer un blog y a compartir lo poco (o mucho, según con quien me compares) que se sobre comida, cocina, gastronomía, etc., sin percibir un duro (ni euro) a cambio y sin ánimo de lucro… 

Pues sí, va a ser verdad que como te dije soy un friki y me encanta, me gusta lo que hago, no lo puedo evitar. Y me faltan horas en el día y material para hacer todo lo que sale de mi cabeza. Así que afortunadamente no me aburro tanto como para poner este tipo de comentarios como los que el señor Anónimo nos ha dejado a nosotros.

Visitamos muchos blogs cada día, forma parte de esto que tanto nos gusta. Y cuando dejamos un comentario es porque lo que hemos visto nos gusta y nos apetece comunicárselo a quien lo ha hecho, porque tenemos alguna duda o sugerencia o simplemente para que nuestros compis blogueros sepan que estamos ahí y que les seguimos.

Sinceramente nos encantaría que el señor Anónimo entrara más a menudo por aquí, presentándose eso sí. Y que asa pudiéramos intercambiar pareceres.

Por lo pronto le doy las gracias, porque con sus simples palabras me ha dado lugar a escribir esta entrada que me he sacado de la manga, ya que a veces algo ando escaso de ideas para escribir los prolegómenos a mis recetas ;)

La pena que me queda es que le hayamos dedicado una entrada a este comentario y no a los que cada día nos dejan tan amable y cariñosamente la gente que para nosotros de verdad importa. Eso sí, para ustedes va dedicado nuestro trabajo cada día.

Y vamos a los que importa. Hoy les traemos un desayuno o merienda típica de Gran Bretaña pero que en realidad es original de Escocia, los scones. Hoy en día es muy habitual encontrar estos panecillos en panaderías, pastelerías y comercios de todo tipo en Irlanda, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos, y por supuesto Escocia e Inglaterra. 

Los scones son unos bollos de pan individuales que se sirven recién horneados y se suelen comer acompañados por un té. Están elaborados con harina de trigo, avena o centeno y pueden ser dulces o salados. Los dulces pueden contener trozos de chocolate, arándanos, dátiles, queso, etc. Los salados pueden llevar soda o patata. Muchas veces se sirven acompañados por algo de mantequilla o mermelada.

Hay cienes y cienes de recetas distintas de scones, nosotros hemos probado un par de ellas y, puestos a elegir, nos quedamos con esta que les vamos a enseñar porque, si bien todas están igual de buenas, esta no lleva mantequilla ni huevo por lo que le restamos grasas y calorías al asunto, además de ser más sencillos de elaborar y más económicos.

Scones de limón


Ahí va la receta!


Ingredientes: (12 unidades)

200 ml de nata (para montar)
125 gr de harina de fuerza
125 gr de harina común
100 ml de zumo de limón (aproximadamente 4 limones)
50 gr de azúcar
1/2 cucharadita de sal
Un sobre de levadura química
Ralladura de limón (cantidad al gusto)









Elaboración:

Para empezar precalentamos el hornoa 220º C con calor arriba y abajo. En un recipiente amplio mezclamos las harinas, la levadura y la sal. A continuación añadimos el azúcar, la nata, el zumo de limón y la ralladura de limones y volvemos a remover. Cuando tengamos una masa que se quede compacta (como una bola) ya estará lista.


Enharinamos la mesa de trabajo y espolvoreamos también el rodillo con harina para poder trabajarla con facilidad. Estiramos la masa con el rodillo hasta obtener unos 3 – 4 cm de grosor. Cortamos con un corta – pastas redondo (aproximadamente 5 cm de diámetro) y colocamos los scones sobre una bandeja de horno cubierta con papel vegetal, cuidando dejar suficiente separación entre ellos para que no se peguen entre sí cuando crezcan en el horno. Pintamos los bollos con huevo batido, leche o nata y los introducimos en el horno.


Cocinamos a 200º durante aproximadamente 15 minutos o hasta que estén ligeramente dorados. Retiramos del horno y dejamos reposar sobre una rejilla hasta que los scones estén tibios, momento en el que estarán listos para comer.


*Nota: nosotros hemos puesto toda la ralladura de los 4 limones para darle un acentuado sabor a limón. El resultado fue un aroma y sabor que se notaban bastante pero que resultaban muy agradables.
En esta ocasión hemos acompañado los scones con una sencilla mermelada de frutos rojos que hemos preparado en un momentos mezclado una parte de azúcar por dos partes de fruta y el zumo de un limón. Un ratito al fuego hasta que la fruta se haya deshecho un poco y tenga textura de mermelada y ya está lista. Podemos guardar la mermelada en un tarro y conservarla en la nevera donde aguantará varios días en perfectas condiciones.
 

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